Armor Games fue conocida por sus juegos flash durante décadas. Uno de sus equipos de desarrollo más famosos fueron los chicos de Con Artist, estudio tras la saga The Last Stand y es que The last Stand: Aftermath no es su primer título. Allá por 2007 nació en la propia página de Armor Games The last Stand, un vídeojuego de aguantar hordas. En aquel entonces manejábamos a Jack, un hombre detrás de una trinchera que debía acabar con diversos zombies. Más tarde nacieron The Last Stand 2 y The Last Stand: Unión City.
Esta vez con The Last Stand: Aftermath, querían volver a ser recordados y se han superado, creando un título que poco tiene que envidiar a los grandes del género de la corriente Zombie. Títulos como Project Zomboid o The Last of Us marcaron el camino.
Esta vez, estamos ante un Rogue Lite -videojuegos caracterizados por tener generación procedural y permadeath, entre otras características heredadas del Roguelike-. Una vez definido el género, esto toma mucha importancia y es que pertenecemos a «El final», la última resistencia humana en un mundo post-apocalíptico. Un día se liberó un virus en el aire y la gente se convirtió en zombie. Los supervivientes inmunes -menos del 5%- se agruparon y siguen buscando la cura al virus. Encarnamos a los supervivientes de «El final» una serie de valientes personajes que sale de su zona de confort para entrar de lleno en un apocalipsis en la busca de suministros y conocimiento. La trama puede parecer muy simple pero donde destaca es en la jugabilidad.
Comenzaremos tomando el control de un personaje, el cual tendrá una habilidad única y una serie de armas cuerpo a cuerpo y a distancia. Los personajes son aleatorios, por lo que no podremos elegir su arsenal inicial, aunque en la base podremos conseguir equipamiento extra recuperando suministros de otros supervivientes. Esto servirá para entrar con algo de equipo extra o asegurar contenido de la misión. Por otra parte en el hud también podremos craftear objetos usando mesas de trabajo, donde podremos crear nuestros propios planos o usar fuego para crear medicamentos y objetos que regeneran el aguante, entre otros.
Tras esto, subiremos a nuestro coche y comenzaremos nuestro viaje. Comenzaremos con poca gasolina, así que no queda otra que parar a repostar. Siempre comenzaremos por el vecindario, una zona tranquila con pocos zombies, perfecto para conseguir unos cuantos recursos y aumentar nuestro conocimiento -sirve para subir habilidades pasivas en la base y aunque muramos, este no se pierde-. El mapa estará basado en siete zonas visitables por run. La dificultad se irá incrementando progresivamente conforme avanzamos.
En el mapa veremos una serie de cabezas que indicará la dificultad de la zona. Comenzaremos en zonas de dificultad 1 y acabaremos en zonas de dificultad 3 que es la máxima. Muchas veces tendremos que lidiar con los zombies, aunque a veces podremos descansar en refugios donde podremos encontrar de todo sin tener que pelear con los monstruos anteriormente mencionados. Para pasar de zona, solo tendremos que tener el depósito bien cargado y accionar nuestro vehículo.
Podremos ver el contenido de cada fase con el modo enfoque, este modo además ralentiza el tiempo y aumentará el daño durante un breve periodo de tiempo. Una opción realmente útil para salir de una buena encerrona.
Aun así, el título parece un poco plano y es que se siente un importante vacío de eventos. Algunos como salvar civiles o aguantar la zona podrían recordar los viejos títulos de la franquicia. Pero en vez de eso, estos consistirán únicamente en encontrar información y, de vez en cuando, localizar a algún vendedor ambulante. Sin duda esta es una de las grandes pegas del título.
Por otra parte, podremos cargar con bastante peso pero no siempre podremos llevar todo, cuando carguemos de más, nuestro personaje tendrá sobrepeso y se moverá mas lento, gastando más stamina.
Además, la vista isométrica fija nos deja vendidos en ocasiones pero en general se trata de un título muy correcto que mezcla el frenetismo de los roguelike de acción con sigilo. Permitiéndonos jugar como queramos, a veces podremos actuar como Schwarzenegger en Terminator e ir aniquilando todo lo que tengamos por delante y otras veces actuaremos como Joel o Ellie en The Last of Us. La variedad está servida, ofreciendo un poco de rejugabilidad en la forma de enfocar los enfrentamientos.
Si somos mordidos, un contador regresivo será nuestro principal enemigo y es que una vez nos muerdan los zombies, nuestro personaje irá perdiendo vida progresivamente. Aunque, esto tiene ciertas mejoras, activará nuestro poder de mutación, generando nuevas y mejores power-ups. Nuestro personaje morirá, pero será capaz de infligir más daño o tener un poco más de vitalidad entre otras cosas. Aun así, este podrá aguantar un poco más si encuentra un vial de antídoto, el cual no nos curará pero hará la función de Zombrex en Dead Rising, dándonos un poco de inmunidad temporal.
Por último, decir que el juego puede ser jugado tanto con teclado y ratón como con mando. Al ser un juego en 3° persona con vista isométrica, me he decantado por el mando como recomiendan sus creadores, pero eso es algo que queda a elección de cada uno.
En cuanto al apartado gráfico, decir que me ha sorprendido, por primera vez los chicos de Con Artist, optan por un diseño 3d con una vista isométrica de títulos como Pillars of Eternity o The Ascend. En esta ocasión, estaremos en un mundo post-apocalíptico y la ambientación es uno de los grandes pilares de la aventura, está muy bien representado mostrando calles vacías, lugares desérticos donde lo único que habrá son unos pocos recursos y cientos de zombies. Es de agradecer que en cada zona haya un contador de los objetos loteados para no perder el tiempo. Las animaciones no son las mejores del mundo pero estamos ante un juego de zombies y esto tampoco es muy necesario.
En cuanto al apartado sonoro, no encontraremos una banda sonora, más bien será una melodía de fondo. Siempre se trata de un elemento secundario que no afectará a nuestra supervivencia. Otro elemento que no veo bien diseñado es el tema del ruido que hacen las armas. Cada arma contará con un contador de sonoridad pero al final estás no se escuchan a más de dos metros, lo que me parece poco realista, haces más ruido rompiendo un par de vidrios por ejemplo. Por otra parte, el juego viene subtitulado al español de España y español de Latinoamérica entre sus más de ocho idiomas.
En conclusión, en esta ocasión The Last Stand vuelve con un título innovador, una mezcla de mecánicas que funciona a la perfección y una historia que se va completando con nuestros avances. Todo esto hará que la falta de eventos no sea un problema latente.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Game If You Are