Ser una criada es complicado. Más cuando vives en un universo donde la gente vuela y lanza ataques que pueden arrasar ciudades enteras. Pero eso no tiene que ver con este juego, esto es un Touhou diferente, una cosilla japonesa con rollo japonés. Plantamos el chip en manejar a una muchacha, en un entorno 2D que la sorprende bastante. Un metroidvania combinado con alma de shoot’em up bullet hell que…Bueno, ya está finalizado ¡Ya podemos disfrutarlo en todo su potencial!

De las hábiles manos de Team Ladybug tenemos en el jeto por cortesía del game pass de Microsoft la versión final de un juego que se ha ido lanzando por módulos. Touhou es una franquicia de libre crecimiento y expansión, un fenómeno fan, basado en unos estándares y mimbres. O sea, se ha ido creando un universo de forma más o menos libérrima a partir de piedras de toque, que han derivado en juegos, mangas, música, diseños…La verdad es que yo poca idea. El caso es que lo más conocido, o actual, de Touhou es su saga de juegos matamarcianos, en vertiente ‘lluvia de pxtxs balas’.

Por eso la historia empieza sin saber qué pintamos ahí. La criada Sakuya se ve metida en un mundo donde sus poderes se ven recortados, debe avanzar y luchar, mientras sus compañeras de este universo aparecen como jefes finales. Ella es la criada de una vampira llamada Remilia, y…En serio, hay diálogos, y sencillas cutscenes, pero sientes que o no te enteras, o que pillas la película empezada. Por eso, porque la franquicia ha tenido un crecimiento libre que yo no abarco. Vamos al turrón.

Dentro de lo que se presenta como un juego 2D metroidvania, pronto descubrimos que el gameplay pide algo más que disparar, saltar y avanzar. Este juego se ha ido montando por «fases» como digo, siendo su presentación los tres primeros escenarios y jefes. No se basa tanto en la cantidad de contenido sino en el frenetismo de la acción y los reflejos.

¡Pero qué………!

Lo primero que nos dicen al poco de comenzar es que recargamos vida al quedarnos MUY CERCA de las amenazas, enemigos y proyectiles. Esto hace sospechar que la cosa será complicada, y así sucede. El juego final presentado en septiembre en el game pass tiene seis escenarios y ocho jefas finales -sí, la cultura Touhou es femenina, señoras y criadas, de aspecto simpático en ambos casos-, pero se le añade la mecánica de manipulación del tiempo.

Sakuya puede ralentizar el tiempo al mantener y soltar el botón de ataque -extremadamente útil contra esas jefas finales-, y parar el tiempo por completo. Obviamente, esto trae un gameplay especialmente propio, y muy divertido, cabe añadir. Porque los sencillos puzles pueden requerir de ambas formas de manipulación del tiempo, pero realmente, todo está enfocado al combate y la superación de obstáculos.

Nuestos disparos básicos cuestan poder mágico. Sí, sí, disparar como un loco nos merma la barra rosa de magia. Se recarga sola, y al parar el tiempo y acercarnos a enemigos y proyectiles conseguimos puntos de magia. Buen contraste con conseguir esos puntos de vida de igual forma. Al parar el tiempo por completo, si lanzamos proyectiles estos se quedan suspendidos en el aire, para lanzarse de golpe al volver al tiempo normal, causando ese impacto acumulado.

El número de puñales durante la parada temporal, el tiempo que el reloj se puede parar, las distintas habilidades…junto a normas temporales curiosas según el color del aura de enemigos y proyectiles, conforman un gameplay que es lo que comento más arriba, suena bien a esos juegos ‘de naves’ de la franquicia.

Esto se lleva a un extremo tan curioso y divertido con esas jefas finales, con patrones que ACOJONAN al ver representaciones en pantalla de proyectiles, rayos, ataques…en consonancia con sus homónimas en formato matamarcianos. Y con esa consonancia, pasado el horror inicial, con sangre fría y cabeza, afrontar sus patrones es tan satisfactorio como divertido.

Se puede hacer, NO FEAR

Adquirimos joyas al derrotar enemigos, que crecen en valor cada vez que avanzamos en escenarios y enemigos más duros. Subimos de nivel, claro, pero es que esas joyas nos permiten mejorar nuestras cualidades si las acumulamos de forma enfermiza. Pero también podemos usarlas en la necesaria tienda del juego para comprar mejoras ¡Equilibrio, equilibro!

El juego ofrece un diseño bastante propio al combinar todos los factores que ofrece. Trampas y enemigos que reaccionan de forma diferente al uso de la manipulación del tiempo; jefes que obligan a que busquemos como recargar nuestros puntos de vida ante sus devastadores ataques, o a esquivar y movernos de forma que casi ningún juego del género ofrece; la pausa real para cambiar entre ataques secundarios…

Es interesante ver como un juego donde esas jefas finales pueden causar depresión con sus patrones sobrecargados, están tratadas para ser atajadas de forma ¿Fácil? Mmmmm, no, no es la palabra. Tampoco asequible. Pero cuando hay Longplays en YouTube de gente que se pasa la historia principal y el escenario extra, sin usar ni las habilidades secundarias ni la manipulación del tiempo, te das cuenta del espíritu ‘bullet hell’ competitivo que también impregna al título.

Sobre la calidad del pixelart 2D, no debería haber duda durante esta entrada ¿No? El trabajo es excelente, pero es que la música es precisamente la de un juego de acción pura y directa en sus seis escenarios, herencia de esa alma matamarciana, pero templada hacia esta nueva dimensión Touhou, vibrante, rápida, toque oriental, pero su adecuación a cada escenario y lucha final denota ese lanzamiento trabajado por escalas.

Como uno de los valores del juego son esas jefas finales, hay un modo boss rush al completar historia principal y escenario extra ¿Te sientes poderoso al derrotarlas en doce minutos? ¡Eso es una porquería! Sube niveles, pilla gemas, explora bien y consigue todas las mejoras y armas secundarias, que lo principal en el género del que bebe y se homenajea es la habilidad cruda y pura.

Gracias a los kami que este juego es escalable y permite que hasta el manco asustado con la tercera jefa pueda progresar y divertirse sanamente. No os achantéis ante los enemigos implacables, ensaladas de cuchillas y pinchos, y las jefas que llenan la pantalla de destrucción. Se puede ¡Se puede!

 


Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Xbox España