Hablar de Turok supone volver inmediatamente a finales de los años 90. Por aquellos años la franquicia vivía sus mejores momentos de la mano de Acclaim Entertainment e Iguana Entertainment, los cuales habían conseguido trasladar con éxito el cómic, que no pasaba por sus mejores momentos, al videojuego, dando lugar a una saga de juegos de disparos en primera persona que rápidamente se situó entre los títulos más icónicos de la época.
Especialmente exitosas fueron las dos primeras iteraciones, Turok: Dinosaur Hunter y Turok 2: Seeds of Evil, convertidas en emblemas de una Nintendo 64 necesitada de juegos de corte adulto. Ambos juegos gozaron de estupendas remasterizaciones realizadas en los años recientes por Nightdive Studios, las cuales lograron con creces el objetivo de rescatar de las brumas del tiempo a dos fantásticos juegos que se habían quedado atrapados en Nintendo 64 o en antiguas versiones de PC que se encontraban fuera de la cadena de distribución y que, además, no eran del todo funcionales en sistemas modernos.
Pero la tarea de Nightdive Studios no había concluido, pues la saga Turok en su vertiente más clásica, puesto que luego salieron otras entregas de calidad más que discutible para la sexta y la séptima generación de consolas, todavía constaba de otra entrega: Turok 3: Shadow of the Oblivion. Dicha entrega fue bastante criticada en su lanzamiento original en el año 2000, formando parte de la última hornada de juegos publicados para Nintendo 64, y para muchos es el primer tropezón de la saga Turok y el principal culpable de su decadencia posterior.
No son fáciles de explicar las razones de dichas criticas. Digamos que entre el lanzamiento de Turok 2 y el lanzamiento de Turok 3 se produjeron numerosos cambios en la industria. Pocas semanas después de la llegada a la tiendas de Seeds of Evil se lanzó también un tal Half-Life, que acabó por resultar un éxito clamoroso que cambió la forma de hacer juegos de disparos en primera persona. Donde antes los desarrolladores apostaban por disparos sin fin y enormes mapas laberínticos que explorar para encontrar la forma de avanzar, algo en lo que Turok y Turok 2 se habían centrado especialmente, ahora la línea marcada por el juego de Valve imponía mapas más lineales y más enfocados en las setpieces y la narrativa.
Turok 3 : Shadow of the Oblivion supuso abandonar las premisas marcadas por sus antecesores y abrazar las nuevas tendencias, con lo cual perdió gran parte de la identidad, convirtiéndose en un juego más genérico y prescindible a ojos del público del momento. Además, los problemas de Turok 3 no radicaban solamente en la situación del mercado en el año 2000, también arrastraba los problemas derivados de pretender exprimir al máximo el hardware de Nintendo 64, presentando una tasa de imágenes por segundo que bordeaba lo injugable y una calidad de imagen que se resentía notoriamente. Podría parecer, por tanto, que esta remasterización de Turok 3 : Shadow of the Oblivion es un ejercicio de arqueología innecesario por parte de Nightdive Studios, pero nada más lejos de la realidad.
Lo primero de todo es que, obviamente, todos los problemas técnicos del lanzamiento original están solventados. Turok 3: Shadow of the Oblivion Remastered puede correr hasta a 120 imágenes por segundo en resolución 4K dependiendo de la plataforma en la que se ejecute, con iluminación, modelados, texturas y funciones de renderizado avanzadas como oclusión ambiental o sombras dinámicas. A nivel visual el resultado es impresionante, de hecho es posible que sea el mejor trabajo de remasterización realizado por Nightdive Studios, lo cual son palabras mayores.
Así mismo, el trabajo realizado por Nightdive Studios incluye también la restauración de contenidos eliminados en su día -mucho del cual consiste en elementos de los escenarios que fueron eliminados para tratar de mejorar el rendimiento del juego en Nintendo 64-, logros/trofeos y una adaptación perfecta a los controles modernos, algo siempre peliagudo cuando hablamos de remasterizar títulos de Nintendo 64.
Pero las virtudes de esta remasterización no se limitan solamente al trabajo de orfebrería de Nightdive Studios. Turok 3: Shadow of the Oblivion es un juego que ha resistido muy bien al paso del tiempo y que, con toda probabilidad, dejará mejor sabor de boca hoy que en el año 2000. Se siente como un juego de disparos moderno, pero, al mismo tiempo, todavía conserva gran parte del encanto de la vieja escuela. La sombra de Half Life o de Perfect Dark ya no es tan alargada y Turok 3: Shadow of the Oblivion puede por fin brillar, por lo que las virtudes que en su momento se le pasaron por alto, como el poder elegir al comienzo de la campaña entre dos personajes principales con distintas habilidades, se pueden valorar hoy como es debido.
Donde quizá no ha envejecido bien es en la duración. Turok 3: Shadow of the Oblivion es un juego bastante corto y, aunque el trabajo de Nightdive Studios es espectacular, esta remasterización llega al mercado a un precio de casi 30 euros. Estoy bastante convencido de que, por desgracia, este precio va a suponer un lastre a las ventas de un juego que al fin tiene una versión que le hace justicia y que merece ser redescubierto y valorado después de haber pasado más de 20 años a la sombra.