Voyage me devuelve a mis queridos juego-experiencia. El título nos lo dice -casi- todo, otra historia de viaje, en este caso más exterior que interior de las protagonistas. El año pasado apareció en PC, el debut de los suizos Venturous. Un juego ‘pequeño’ que le costaba sacar la cabeza en el maremágnum de lanzamientos en Steam. Y nuestra conocida editora madrileña, Ratalaika Games, ha visto una oportunidad de convertir este viaje compartido a consolas. Misterio y descubrimiento, en un juego muy sencillo en 2D, con la parte artística como gran valedor para mostrarse al mundo.

Lo primero, para mi siempre va a ser de elogio ver una obra ‘global’ y con semejante presentación, fruto de pocas manos, seis en este caso. Johan y André Steen, con la parte sonora a cargo de Calum Bowen. Y aquí vamos a tener otro gameplay muy simplificado -pero no tanto- en un juego de desplazamiento lateral.

Como en otras ocasiones, cito LIMBO o INSIDE como referentes de esta forma de ‘viajar’ en una historia. Voyage no se sale de los cánones jugables de esta fórmula, incluso los reduce muy a su mínimo. Con el claro spoiler de la nota, esto significa que habrá veces que se sienta muy simple. Pero la nota, como nunca dejará de suceder en este medio cainita, no refleja en absoluto lo que el juego es realmente en cada hogar y cada jugador, o jugadores.

La historia es… lo que vayamos viendo que sea, ¿vale? Dos supervivientes en un entorno que debemos dilucidar qué es, empiezan en una fría localización donde volverán en algunos momentos, unas rocas doradas, un poder, un pasado, una civilización, y un viaje. El enigma está servido, aunque la intriga no me parece tan poderosa como este ‘género’ nos ha dado en tantos años, cumpliendo igualmente. Por supuesto, el apartado visual y la música contenida y medida es lo que hacen no poder quitar ojo ni oído durante ese trayecto.

Mi primera reminiscencia, antes que los juegos de Playdead, es el ICO de Fumito Ueda. Porque la pareja protagonista es la base del viaje. Es cierto que en Voyage no hay un desarrollo tan directo de ambos personajes frente a la obra del extinto Team ICO, ni siquiera hay voces ni diálogos, no hablan entre sí, pero sí oímos sus voces. Y sentimos sus sinergias durante todo el periplo.

El esquema jugable es que es muy sencillo, con un botón para resaltar los puntos interactuables, otro para interactuar en donde sea necesario, y luego cambiar entre personajes, o hacer que uno se quede estático. Pero esto no es un Brothers: A Tale of Two Sons, y no hay un verdadero aprovechamiento de este sistema dual… si jugamos solos.

Voyage ofrece un sistema de juego dual local que cambia la nota que todos habéis visto al entrar, o en las webs que recopilan críticas. Para un jugador -como ha sido mi caso-, la aventura ha pecado de lenta, y sobre todo, de tener minutos y más minutos intrascendentes. Jugado a dobles, en una misma localización, la experiencia sin duda cambia.

En esta mi experiencia personal, todos esos numerosos momentos de empujar troncos, rocas, bloques… donde pasa el tiempo, no ves como los escenarios ni la música te ‘hablan’, han sido momentos de tedio. Pero aunque en cooperativo no aumente la jugabilidad, el empujar ese aburrido tronco al comienzo del juego, el ayudarse entre ambos a escalar alturas, empujar continuamente bloques -es que a veces esto parece un simulador de romper bloques empujándolos…-, o alguna escena donde no tocamos el mando pero el tiempo pasa, lo cambia todo.

Por eso, para mi experiencia solitaria siento que me falta mucho. El sonido de Calum Bowen -que ya apareció aquí en el análisis de Pikuniku – es tan artístico y minimalista, como falto de más presencia. Para un jugador que arrastra una roca durante casi un minuto, y para el género que es, choca no ver que durante ese tiempo la narrativa, los escenarios, y esa música, no te están contando ‘algo’. Esta extraña y maravillosa forma de contar historia en videojuegos funciona así, en los mimbres que usa Voyage sobre todo.

Así, mi experiencia no es la experiencia que tendrás tú, visitante de esta entrada. Y aún así, jugado Voyage en una única sesión, con algunas vueltas en la parte final, siento que ese viaje me ha merecido la pena, el final ha sabido llegarme. Un viaje que no va a pasar de las dos horas. Y con todo, merecerá la pena realizarlo.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PR Hound