Hay muchas formas de transmitir historias, y los videojuegos han ido explorando bastantes formas de hacerlo a lo largo de su trayectoria. Los juegos narrativos han dado un salto enorme a la hora de transmitirlas, aunque la historia en si muchas veces no tiene que ver con la narrativa usada para contarla. Pues en Welcome to Elk vamos a tener lo más vital de forma directa, la historia. O mejor, dicho, historias. En la Isla de Elk hay frío y gente que intenta salir adelante con sus vidas, y con sus buenos y malos momentos. Vamos a sumergirnos en un ambiente muy humano a través de historias personales.

La noche de nuestra llegada. Ahí tenéis a casi todos los habitantes de Elk.

Los daneses Triple Topping nos presentan lo que ellos llaman una «aventura biográfica». La protagonista, Friggs, llega a la bucólica y muy fría isla de Elk, en el norte más agreste y duro. Está buscando un respiro a la bulliciosa vida de la ciudad y la tranquilidad de Elk es lo que parece necesitar. No hay conexiones con la gente de la isla, más allá de su padre y el carpintero local. Realmente, esta no es la historia de Friggs, ella es el hilo conductor para que conozcamos unas historias tremendamente humanas usando un videojuego para transmitirlas.

La estructura es sumamente sencilla, más incluso que muchos otros juegos narrativos. Nos movemos por la isla y tenemos un botón para interactuar con los elementos dotados de color, frente a los escenarios y elementos en blanco, gris o azules apagados. La mayor parte de lo que vamos a hacer es hablar con la gente de Elk, tal cual, darle una y otra vez al botón para ir pasando conversaciones. Porque es la gente de la isla y sus historias lo vital de este título.

El taller de Jan, el amigo de nuestro padre, y donde se supone que hemos venido a trabajar una temporada.

Nada más llegar, vamos al bar local, tomamos contacto con la gente, nos emborrachamos y volvemos a la casa que nos han dispuesto, terminando así el día. La estructura es por días entonces, así como tres capítulos, el tan clásico esquema ‘introducción-nudo-desenlace’. He dicho que las conversaciones con la gente son cuantiosas, pero la escenografía no se limita a pasar bocadillos de texto simplemente. Las historias se presentan de diferentes maneras.

Escenas con estética al oleo, meros textos sobre fondo blanco, alguna secuencia interactiva, e incluso, testimonios en vídeo de personas reales cercanas a las mismas. Es un buen momento para decir que el juego está traducido a varios idiomas, incluido el español, detalle muy necesario que siempre es bueno destacar. El texto es muy abundante y las voces, escasas. Realmente, solo en esos testimonios reales o las maravillosas partituras vocales que presenta la banda sonora.

Hay también una serie de mini-juegos destinados a romper la posible monotonía que el ritmo calmo y la limitada acción e interacción del juego ofrecen. Muchos no forman parte de la narración, sino que son eso, alivios aparte. Montar una trampa para ardillas conectando distintos elementos, construir nuestro bar ideal con piezas de LEGO, o jugar a un curioso minigolf, por ejemplo.

Una especie de UNO, no muy complicado de ganar, aunque no importe hacerlo o no.

Otros, sí están más imbricados dentro de algún evento, como cantar, hacer algún baile o tirarles unas cervecitas a los parroquianos, atendiendo a sus gustos con la espuma. Los primeros, afortunadamente no molestan, incluso pueden terminarse sin hacer mucho, no hay prejuicio por montar un esperpento de bar o por diseñar rostros horribles en globos. Los segundos son cosas que ya acostumbramos dentro de las fórmulas narrativas de este tipo de juegos, y tampoco hay que ser pulcros y esmerados tirando pintas.

Sin duda el alegre y muy animado apartado visual llama la atención, porque este look tan bonito, animado y colorista, contrasta con momentos que pueden ser crudos y directos. A través de la simpatía que sus diseños y animaciones transmiten, veremos historias de marcado carácter humano. Me tengo que acordar de nuestro patrio Paco Roca, y su dibujo lleno de colores planos, con diseños suaves y amenos en historias muy directas.

Una de las personas reales relatando su experiencia relacionada con una historia dentro del juego.

Pero algo que me parece remarcable es que esto no pretende ser una tormenta emocional, no se usa la parte audiovisual para empujar las emociones. Una simple hoja con letras dentro de una botella, conectada con una conversación ya transmite lo que tiene que transmitir, que estamos conociendo una historia. El gancho de todas ellas es que son casos reales, explicados de diversas formas, pero no apretados ni vitaminados. Claro que hay momentos y escenas con más carga, una madre cantando con su hija bajo los focos de la farándula transmite magistralmente el teatro que es la vida, frente a un dramatismo más directo.

La verdad es que no creo que esté consiguiendo transmitir adecuadamente al lector lo especial que es este juego. No se busca la moralina tampoco, no se quiere ejemplificar ni destacar personas, de hecho, los nombres de la gente de dichas historias, están alterados. Son eso, son historias, son vidas, vidas que siguen a veces más tiempo gracias a pasarnos las historias de unos a otros. Tal vez alguna sea un rumor, tal vez directamente un invento que cambia de un portador a otro, pero el lado humano siempre estará presente.

Seguramente no tenga las cosas lo suficientemente reposadas al estar preparando esta entrada justo tras ver los créditos finales del juego, con otra bella pieza sonora que baila en mi cabeza. Es una experiencia de tres-cuatro horas. El juego es muy directo, lo vemos claro, pero lo que nos cuenta reverberará durante tiempo. No necesitamos llorar, atemorizarnos o tener un arranque de risa para que su propuesta cale de forma muy profunda. Y tal vez sea por eso, por presentarse de forma tan honesta, pulcra y trabajada.

Preparad y difundid esta receta de Astrid ¡Buen provecho!

 


Este análisis se ha realizado con una copia digital cedida por Future Friend Games