En el cine, el tercer género más importante respecto a ingresos es la comedia. Sin embargo, en videojuegos ni siquiera contemplamos la existencia de este género. ¿Pero acaso no existen juegos graciosos que podrían dar más importancia al contenido que al continente?
Este es el caso de WHAT THE CAR?, un juego desarrollado por Triband, el estudio detrás de WHAT THE GOLF? y WHAT THE BAT?, que aunque disfrazado de juego de carreras, oculta el juego más gracioso del año -con perdón a Thank Goodness You’re Here!-. WHAT THE CAR? toma la quintaesencia de su predecesores y la combina con la locura característica de los juegos de carreras, creando una experiencia que no solo se luce siendo gracioso, si no que no se queda atrás en lo jugable. Tras un año y cuatro meses en exclusiva en Apple Arcade, por fin pega el salto a ordenadores donde el control hará mucho más sencillo disfrutarlo.
El objetivo en WHAT THE CAR? es llegar del punto A al punto B, -en la mayoría de ocasiones-. Pero, en lugar de las típicas mecánicas de aceleración y frenado que asociamos con el género de carreras, este juego introduce una variedad de situaciones absurdas que sorprenden constantemente. La premisa del juego es simple: controlas un coche, bueno, a veces. Pero este no es un coche común y corriente. En cada nivel nuestro automóvil cambiará de anatomía para ser una jaula de hámster, será cargado por osos, será tan largo como una pantalla ultrawide o le tocará preparar cenas en un takeaway. Esta premisa absurda es la clave para entender la naturaleza de WHAT THE CAR? y lo que lo hace tan especial.
En la jugabilidad es donde WHAT THE CAR? realmente brilla. Cada nivel presenta una nueva forma de mover el coche, lo que significa que nunca sabes qué esperar al comenzar una nueva carrera. A veces tendrás que sortear obstáculos con un coche que tiene patas en lugar de ruedas, lo que transforma la experiencia en algo más parecido a un juego de plataformas que a una carrera. En otras ocasiones, el coche se transformará en un helicóptero y tocará maniobrar a través de anillos flotantes en el aire con cuidado de no chocarnos con edificios. La variedad de mecánicas asegura que el juego se mantenga fresco y sorprendente, obligándote a adaptarte constantemente a nuevas formas de control y desafíos. Los distintos niveles están muy bien pensados para explotar al máximo la mecánica ingeniosa de turno y se nota que es un estudio que no pone freno a ninguna idea, por ridícula que pueda parecer.
Cada nivel además plantea dos retos: conseguir un tiempo de oro y una carta que está oculta en el nivel. A veces, encontrar la carta te ayuda a encontrar la ruta más óptima para hacer un buen tiempo pero a veces, está tan escondida o apartada, que tocará repetir por lo menos otra vez la pantalla. Debido a ello, los niveles no suelen sobrepasar el minuto de duración, no hay que olvidar que vivimos en la era de TikTok. A excepción de los últimos compases del juego no hay una dificultad excesiva si no vas buscando el reto y el juego es apto para todo el mundo.
Sin embargo, no todo es perfecto en WHAT THE CAR?. Tal variedad a veces genera que algunos nivele entren mejor que otros. De algunos desearías que hubiera más mientras que otros con la mitad sobraba. Hay niveles donde la dificultad aumenta de manera abrupta, causando picos irreales debido a la complejidad de las nuevas mecánicas, lo que puede romper el flujo de diversión desenfadada.
A pesar de estos pequeños inconvenientes, en sus cinco horas de duración nunca llega a indigestar. Esto se debe a su buena estructura de capítulos -nueve en total- donde en cada «mundo», se nos plantea una temática diferente: Oficina y mundo laboral, una fiesta, un desierto tormentoso, un mundo acuático, … A lo largo de estos capítulos, navegaremos por un HUB seleccionando nivel y incluso en este supranivel donde navegamos para escoger pantalla y secretos en forma de gimmick o de niveles extra difíciles, solo para el gusto de los más hábiles al volante.
El estilo visual del juego acompaña su tono chistoso. Los gráficos son simples, pero encantadores, con una estética colorida y caricaturesca que recuerda a los dibujos animados. Esta elección visual encaja perfectamente con la naturaleza caótica del juego y hace que cada carrera se sienta como un episodio de una comedia animada. Los escenarios están llenos de detalles ridículos que refuerzan el humor del juego, desde rampas que desafían la lógica hasta obstáculos que parecen haber salido directamente de un sueño surrealista.
La música y el diseño de sonido también juegan un papel importante en la experiencia de WHAT THE CAR?. Las melodías son ligeras y pegadizas, complementando perfectamente el tono despreocupado del juego -llevo toda la semana cantando What the caaaaaaaar?, si jugáis me entenderéis-. Los efectos de sonido, por otro lado, añaden una capa adicional de humor, con ruidos exagerados que subrayan la naturaleza absurda de las situaciones en las que nos encontramos. Desde los sonidos de los neumáticos chirriando en superficies improbables hasta los efectos cómicos cuando tu coche se transforma o se estrella, cada elemento de audio contribuye a crear una atmósfera que te mantiene sonriendo.
En cuanto a la localización y accesibilidad, WHAT THE CAR? sigue la línea de su predecesor, ofreciendo una experiencia que es fácil de entender sin importar el idioma que hables aunque entender bien el inglés ayudará a pillar los chistes que se plantean al inicio de cada nivel, alguno incluyendo referencias a otras sagas. Aunque no tiene una narrativa profunda, el humor visual y las situaciones absurdas son universales, lo que lo hace accesible para jugadores de todo el mundo.
En conclusión, WHAT THE CAR? es un juego que desafía las expectativas del género de carreras, ofreciendo una experiencia que es tanto divertida como impredecible. Con su enfoque humorístico, logra destacar en un mercado lleno de propuestas serias y «adultas». Si estás buscando un juego que te haga reír, te sorprenda constantemente y te permita disfrutar sin presiones, WHAT THE CAR? es una elección excelente.