Aunque normalmente hago análisis de juegos de un calado un poco más tranquilo, ya sea por turnos o con cartas, pero hay veces que hay que meterle un poco de caña al cuerpo. Parcel Corps viene a cubrir ese nicho, en forma de juego de repartidor de paquetes. Se trata de un título muy gamberro con una ciudad a nuestra disposición. El humor y la denuncia social también estarán presentes.

En Parcel Corps somos parte de una compañía de paquetes, y cobramos el sueldo mínimo para llevar los paquetes del punto A al punto B. Lo primero de lo que hay que hablar, y lo que hace que Parcel Corps sea un juego divertido, es su jugabilidad. Manejar la bici es un absoluto placer. El control es fluido y es fácil manejar el biciclo allí por donde queramos. El único problema que he tenido y ha llegado a frustrarme es fallar un salto y que nuestro vehículo se quede completamente parado. Si esto ocurre, a veces es complicado moverse y volver a coger ritmo. Cuanto más juguemos, menos ocurrirá este evento, y lo mismo pasa con las caídas.

En el juego es divertido ir de un punto a otro, pero no está exento de problemas. Por ejemplo, aunque el primer tutorial es bastante directo y funcional, veremos que estos tutoriales no acaban tan pronto como deberían. Yo entiendo que el juego necesita explicar cosas, pero en el caso de Parcel Corps creo que se sobreexplican. Muchas veces quería simplemente dar una vuelta y hacer alguna entrega, y el juego me paraba. Creo que unas explicaciones integradas en la propia acción hubieran sido mucho más efectivas. Estamos hablando de un juego explosivo, con saltos y carreras de todo tipo, nadie quiere detenerse a escuchar lo que un personaje quiere decir.

Además de correr, Parcel Corps nos ofrece un buen número de trucos que ejecutar con nuestro velocípedo. No sería un juego de este transporte si solamente fuéramos por la carretera. Podremos hacer caballitos, saltos, derrapes y muchas otras cosas. También tendremos un sistema de turbo que rellenaremos con los trucos que hagamos. Divertido y bastante profundo, hace que el reparto sea mucho más llevadero y efectivo.

Parcel Corps nos ofrece un buen número de misiones. Repartos directos, repartos en cadena, ciertos niveles de trucos para entregar el paquete, y un tipo de misión donde chocarse nos costará algo más qué tiempo. Buena variedad, y cada vez que juegas al título, dan ganas de volver, al menos las primeras horas.

La historia de Parcel Corps es anecdótica, pero como he dicho sus dos pilares son el humor y la denuncia social. El primero está prácticamente en todos los momentos del juego, y algunas veces funciona mejor que otras. Ese humor lo veremos en forma de personajes; cada negocio que nos pida alguna misión será regentado por un personaje peculiar. Tenemos de todo, frikis, policías, pizzeros, gym bros y más. Todos y cada uno de ellos están cerca de ser o son directamente una abominación visual. 

Estos personajes intentarán ser graciosos y en alguna ocasión lo conseguirán, pero no siempre. Además, sus incesantes charlas harán que lo mencionado anteriormente del tutorial se vea multiplicado. Solamente quiero correr con mi bicicleta, y el juego hace lo que puede y más para que no podamos hacerlo. Parcel Corps ganaría enteros si muchas de las conversaciones fueran al estilo Grand Theft Auto, donde los personajes nos hablan mientras vamos de un sitio a otro. Quiero remarcar esto porque es el principal problema que he tenido con el título.

El mapa se divide en zonas, y cuando superamos suficientes misiones en una y subamos de nivel con los negocios, podremos acceder a otras. Las zonas son divertidas de navegar, pero creo que si todas estuvieran interconectadas desde un inicio el juego ganaría enteros. De todas formas, es interesante navegar por una y otra zona, para ir aprendiendo los atajos y hacer las entregas más rápido. Además, el rendimiento del título no es una maravilla, y todas las zonas juntas no creo que funcionaran correctamente.

Pero aunque el rendimiento no sea el mejor, Parcel Corps es un juego bonito, con un estilo cartoon y unos colores vibrantes. Obviamente, el diseño de personajes es muy atrevido, y te gusta o lo odias. Aunque yo estoy en el segundo grupo, está claro que no va a dejar a nadie indiferente. Además, el juego no tiene casi opciones gráficas, con lo que esto conlleva: si tu ordenador no es lo suficientemente potente, no puedes escarlarlo y es muy probable que tengas que jugarlo con caídas de frames.

La música es interesante; cada uno de los negocios que nos manda recados tienen su propia melodía, así que tendremos una buena variedad. Los sonidos del mundo y sobre todo, los que hace nuestra bicicleta son aceptables, aunque creo que un poco más de trabajo hubiera sido interesante en este campo. Sin embargo, todo este apartado cumple.

En conclusión, Parcel Corps es un juego cuyo núcleo es divertido y funcional; ir con la bici de un punto a otro haciendo trucos y saltando es genuinamente divertido. Sin embargo, otros elementos empañan el resultado final. El gran número de tutoriales y el rendimiento hacen que lo que pudiera ser un juego de sobresaliente se quede en algo menor. Pero si os gusta repartir paquetes, Parcel Corps os dará unas cuantas buenas horas.