Han pasado más de 20 años desde el lanzamiento de uno de los juegos de rol occidental que redefinió todo el género, diría que sin duda el más popular e influyente de la historia. Hablamos por supuesto de Diablo II, obra del estudio Blizzard que en el año 2000 se convirtió en una auténtica leyenda de los videojuegos. Tras la resurrección de la franquicia con Diablo III y algunos rumores sobre sus intenciones sobre el futuro de la saga, la existencia de Diablo II: Resurrected se hizo realidad y hoy os traemos las primeras impresiones de la beta privada.
Diablo II: Resurrected no es otra cosa que un remake -aunque bien podría ser remaster, pero no quiero volver a abrir ese melón- del clásico juego del año 2000 pero adaptado a los tiempos actuales, con un apartado gráfico actualizado, formato 16:9 , banda sonora rehecha y alguna que otra cosilla más.
Lo primero que llama la atención es la impresionante cinemática inicial, exactamente la misma que la del juego original pero hecha desde cero con un CGI muy superior y casi fotorrealista. Blizzard podrá tener muchos defectos, pero en cuanto a cinemáticas son sin duda los reyes indiscutibles del sector y cada cinemática suya es una auténtica obra de arte, en este caso si recordáis la introducción del juego original, os invadirá una sensación de nostalgia y asombro al ver lo que han logrado aquí.
La beta privada nos ofrece jugar el primer acto del título, y para ello tendremos que crearnos a nuestro personaje entre todas las clases disponibles. Encontraremos todas las clases del juego original a elegir: El bárbaro, el nigromante, la amazona, el paladín y la hechicera. También encontraremos las dos clases pertenecientes a la expansión Lord of Destruction: el druida y la asesina, pero a ellos no podremos seleccionarlos durante esta beta, quedando relegadas al juego final. En mi caso, me decidí por la amazonas, la cual conserva su diseño original al igual que el resto de personajes.
Ýa entrando dentro de la partida, sorprende la absoluta fidelidad con el juego original. Todo está recreado de manera magistral, reconoceremos cada elemento y personaje del juego original al instante, especialmente si lo hemos rejugado varias veces. Quizás esa fidelidad sea también un arma de doble filo, ya que se ha arriesgado poco en incluir novedades o un estilo visual más rompedor, prácticamente lo que se ha hecho es coger los sprites 2D del juego original y pasarlos a un formato tridimensional manteniendo el mismo diseño. Por supuesto, el sistema de iluminación y reflejos se ha visto muy mejorado y en ese sentido nos va a sorprender mucho.
Mas de lo mismo nos ofrece la jugabilidad, donde sigue siendo prácticamente igual sin cambios ni novedades, no se ha tocado nada y la prueba de ello es en cualquier momento de la partida podremos alternar entre el juego original y el remake con tan solo pulsar un botón, pudiendo continuar por donde íbamos en ese momento sin que se sienta diferente. Podríamos decir que esa es la pega, pues al fin y al cabo se siente y se juega igual que un juego del año 2000 pero con un aspecto visual actual, algo que los más puristas defenderán pero quien venga de jugar a Diablo III les puede resultar un tanto cuesta arriba acostumbrarse a un control algo más arcaico.
El mayor atractivo de este Diablo II: Resurrected lo encontramos en el modo multijugador, algo de lo que también disponía el juego original a través de conexión LAN o el propio servicio online de Blizzard, Battle.net. Al ser una beta privada para unos pocos usuarios no hemos podido probar este modo tan en profundidad como me hubiese gustado, pero pude entrar en una sala con otros 7 jugadores simultáneos interactuando en una misma partida y uniendo fuerzas contra enemigos más poderosos, por lo que el modo online funciona de maravilla.
Lo dejamos aquí de momento, no queremos desvelar más cosas de cara al análisis final, pero la sensación que deja Diablo II: Resurrected es la de ser el mismo juego calcado pero con un simple lavado de cara gráfico. ¿Eso es bueno? ¿es malo? Depende de las expectativas que tenga la gente y de las ganas de ver nuevo contenido del juego. Por lo demás, ser exactamente el mismo juego implica que sigue siendo un juegazo enorme de esos que marcan al jugador y hacen historia, por lo que no nos va a decepcionar en absoluto. Lo comprobaremos el próximo 23 de septiembre cuando se ponga a la venta.
Este artículo ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Hill+Knowlton Strategies