Hoy día, tanto por presencia, como por retroinvestigación histórica, sabemos muchas cosas del pasado. El tema de la unidad de CD de Super Nintendo, Ken Kutaragi, y ese prototipo aparecido en ciertas oficinas; la licencia de Dragon Ball para el Alex Kidd de Master System; el Final Fantasy VII de Nintendo 64… Muchas cosas oscuras del pasado, que cuando nos limitábamos a leer revistas -direccionadas y de escaso contacto real con la realidad-, aceptábamos. Incluso con los albores de Internet, muchas sombras permanecían. Entonces ¿Como es que Nintendo nunca ha presumido de crear los juegos de lucha 1vs1? Tal vez, porque siempre hay precedentes, como el Boxing, de Atari. Pero Urban Champion no solo fue el primer versus en sistema doméstico de corte 2D lateral, sino que hasta tuvo versión arcade. ¿Que sucedió entonces? No sé si podré arrojar luz, pero aquí tenemos otro pionero, venido de 1984.
Hablando de cosas que se saben, Nintendo tuvo unos inicios de mierda algo complicados con su Famicom System. Abaratamiento al extremo, problemas de materiales, de decisiones de diseño de la consola… Ah, pero es que venía arropada por su éxito en el mercado de las Game & Watch, su despegue del mundo del videojuego global con Donkey Kong, había colchón económico y de confianza en el mercado del videojuego. Porque Nintendo, tras su conocido éxito con las barajas de la brisca japonesa y otras, expandió otros mercados, hasta dar con el que lleva siendo asociado desde hace más de cuarenta años. Entonces ¿Por qué no reivindicar, y presumir, de crear otro género más?
Sabemos que la compañía de Kioto ha tenido muchos años de presunción, de prepotencia incluso. Todo lo habían hecho ellos, hasta el oxígeno de la atmósfera tenía participación suya. Algo pasa entonces con Urban Champion, y que la paradoja nos diga que es uno de los primeros versus tal cual conocemos el género hoy día.
Es que la empresa intentó trasladar de manera doméstica el estilo de juego de una de sus handhelds, el Boxing, que comparte nombre con el juego de los «cangrejos» de Atari. La cosa es que la máquina permitía jugar a dos jugadores uno contra otro, o sea, para quienes tengamos las handheld en memoria, el ‘bicho’ era así:
Y ni de coña era lo más extraño que esta incipiente forma de juego rápido personal forjó. Quizás uno de estas entrada retro debería dedicarla a una handheld que no solo teníamos que jugar apoyados en el suelo, de futbol, que para los remates cerca de portería nos ofrecía la pantalla superior para ver sprites coloreados, donde teníamos que reaccionar a tiempo para chutar como atacantes, y parar en el momento justo como porteros.
Ah, pero esa ya es otra historia…
Urban Champion es justamente un juego «player versus player» o, muchas más veces, «player versus CPU in an endless game». Trasladado a una consola doméstica, televisión, cierta capacidad técnica, y mandos que no transmitieran el VIH, es un juego… limitado.
«Dos entran, uno sale», si habéis reconocido la cita merecéis leer esta sección. Es que es literal. Porque se trata de echar al rival por el lado de la pantalla, y él lo intentará también.
La herencia ‘game & watch’ se traslada en 1984 en un juego tosco de controles. Nos movemos de forma lateral, y usamos las direcciones del pad para cubrirnos y atacar en la parte alta o baja, usando los dos botones del pad para dar golpes ligeros -más rápidos- o fuertes -más lentos-.
Tenemos una puntuación de stamina, que graciosamente los jugadores actuales comprenderán bien. Porque el movernos, golpear, esquivar, y recibir golpes, nos la reduce. Realmente el tema es ‘empujar’ a golpes al rival hacia la zona derecha -o izquierda si jugamos a dos players-, y se regenera al cambiar de pantalla, sea si hemos desplazado al rival, sea si nos han tirado atrás a nosotros.
Estamos en un barrio repetitivo y cíclico, y el elemento rompedor es que nos tiran macetas que nos dañan, o dañan al rival…
Ahora bien, si nos pasamos con el tiempo, la ‘madera’ hará acto de presencia. A los treinta segundos, hará una ronda…
Y si seguimos leñándonos, se llevará al contendiente que esté más cerca del lado del que no debe salir.
Esto culmina cuando desplazamos/somos desplazados hacia el extremo del ‘barrio’, con una preciosa tapa de alcantarilla donde caer. Realmente, la herencia ‘game & watch’ se hereda cuando vemos lo fácil que es tirar a nuestro rival continuamente. Pero la experiencia ‘Versus’ en consola le daba algo más de vida.
Pero… aquí no acaba todo ¿Eh? Que Nintendo viendo el potencial de esta maravilla, lanzó un mueble arcade con este juego en 1985, un año antes de que el juego llegaría de forma doméstica a las américas.
Es obvio, comprendieron que esto era un hito.
O sea, el mismo año que el Kung-Fu Master de Irem –Data East siempre en esta sección-, Yie Ar Kung-Fu apareció por ahí, un año antes que The Way of the Exploding Fist, y dos años antes de que Street Fighter asomara la cara en arcades, Urban Champion había demostrado su valía y su calidad de pionero.
¿Por qué Nintendo no reclamó honores ni continuó la franquicia, dados sus altos valores de producción, cuando incluso Shigeru Miyamoto estuvo implicado en la obra?
Nadie lo sabe…