Mucho ha llovido desde que la extinta Ensemble Studios inaugurara, a finales del siglo pasado, la que vino a convertirse en una de las sagas de referencia de la estrategia en tiempo real. Age of Empires supuso uno de esos fenómenos en los cuales uno sabía que estaba viviendo lo que iba a ser parte de la historia del videojuego.
Tan solo dos años más tarde, en 1999, llegó su secuela y, a la postre, la entrega más valorada de la saga hasta ahora. Age of Empire II: The Age of Kings, no suponía realmente ninguna revolución con respecto a la primera, pero sí que cogió todo lo que de bueno tenía la entrega anterior y lo potenciaba hasta la exquisitez.
Veinte años después de aquella entrega, fue lanzado para PC el juego que nos ocupa ahora, que por fin llega a XBOX One y Series, incluido en el Game Pass y la posibilidad de jugar en la nube, con optimizaciones para controlarse con el pad pero, afortunadamente y para los más acostumbrados al control tradicional, con la opción de conectar un ratón y teclado a nuestra videoconsola.
En esta ocasión, y en cuanto al contenido, Age of Empires II: Definitive Edition incluye todo el contenido del clásico y sus expansiones Conquerors, The Forgotten, The African Kingdoms y Rise of the Rajas, así como las mejoras de la versión HD lanzada hace años y, además y por primera vez, nos trae una nueva expansión llamada Los últimos kanes que viene a sumarse a las cuatro expansiones anteriores.
Los últimos kanes nos ofrece tres nuevas campañas -Koten Kahn, Ivalilo y Tarmelan- y cuatro nuevas civilizaciones -búlgaros, cumanos, lituanos y bárbaros- que vienen a sumarse a la gran cantidad que ya teníamos disponible formando un total de treinta y cinco para elegir y disfrutar. Además se nos ofrecerán una serie de desafíos bajo el título de «El arte de la guerra».
Otras de las características que los chicos de Forgotten Empires, ahora con el relevo tras la desaparición de Ensemble, son la posibilidad de jugar a 4K o de realizar partidas multijugador cooperativo de hasta siete jugadores u ocho si optamos por la modalidad competitiva a través de servidores dedicados.
Por si todo el contenido mencionado fuese poco, si llegamos a exprimirlo o nos cansamos del mismo, siempre podremos optar por personalizar nuestras propias partidas rápidas, solos contra la CPU o acompañados de amigos, en lo que tras las décadas ha demostrado ser un modo de juego simplemente inagotable.
Pero vayamos a los fundamentos, por si hubiese alguien que no conoce dicha saga. Age of Empires II: Definitive Edition, al igual que el resto de la saga y como es común en los juegos de estrategia en tiempo real o RTS, nos ofrece diversas campañas o batallas históricas. Clasificadas por zonas geográficas, podremos acceder a varias desde el comienzo, mientras que otras permanecerán bloqueadas hasta que vayamos avanzando por lo que podríamos llamar el «modo historia». Cada campaña, de hecho, nos lleva de la mano a través de la historia de un personaje histórico, por alguna batalla famosa, y traerá como condición el control de una de las civilizaciones y el enfrentamiento contra otra ya designada.
Una vez en el mapa, deberemos ocuparnos de recolectar recursos, los cuales nos permitirán ir aumentando tanto nuestra población como los edificios que, a su vez, nos darán acceso a nuevos tipos de unidades y mejoras de desarrollo que de nuevo nos permitirán mejorar nuestras unidades o edificios. Al final será decisión nuestra procurarnos un ejército más numeroso, más especializado, más eficaz, o una combinación de todo, dependiendo del objetivo y el enemigo al que enfrentemos, y sabiendo que, como no podría ser de otra forma, no hay una unidad infalible contra todo tipo de escenarios de batalla, sino que deberemos tener muy en cuenta contra qué nos vamos a enfrentar y qué planteamiento vamos a llevar a cabo para hacernos con la victoria.
El control en la versión de consolas nos permite utilizar teclado y ratón pero, si por cualquier motivo tenemos o preferimos el uso del pad, hay que decir que se ha adaptado perfectamente por medio de una serie de atajos y combinaciones que nos permitirán realizar las acciones con agilidad y seleccionar unidades en un área, de un tipo, o libres, de forma casi inmediata.
Desde el punto de vista visual, y más allá del ya obligado modo para jugar a 4K, se puede notar que se han realizado nuevos modelados para soportar con buen detalle las máquinas actuales aun haciendo zoom y evitando las pixelaciones que se sufrirían de utilizarse los originales. Así como nuevas animaciones. Mención especial para las que se han realizado para la destrucción de los edificios. Como punto negativo, hay que destacar que en ciertos momentos en los menús se denota en exceso una proveniencia desde el PC y, en una TV 4K estándar, el tamaño de las fuentes en los botones ocasiones que los textos estén cortados.
Asimismo, esta proveniencia desde el PC se nota en los menús de configuración gráfica, pues nos permite toquetear todo a nuestro gusto como si de la versión de Pc se tratara, lejos de lo que estamos acostumbrados en consola donde por defecto viene un modo optimizado para la misma y, como mucho, permitiendo dos o tres configuraciones que primen el rendimiento o la resolución.
El apartado artístico no difiere mucho de la esencia original pues, como ya se hacía en su momento, se trata de representar los edificios icónicos de las civilizaciones escogidas para el juego. En cuanto a eso, si bien los escenarios en crudo son algo sencillos, no tardaremos en adornarlos con nuestras edificaciones dando vida y colorido a lo que se ve en pantalla.
Sobre el sonido, si ya la banda sonora de Age of Empires II lucía espléndidamente en su versión original, hay que mencionar que la remasterización llevada a cabo la hace subir un peldaño. Los efectos de sonido acompañan perfectamente tanto en las construcciones como al destruirse las mismas, en las batallas y aquellos sonidos que acompañan la selección de opciones o unidades.
En conclusión, Age of Empires II: Definitive Edition para consolas llega perfectamente adaptado a los tiempos, con un control pensado para el pad que es funcional pero, afortunadamente, con la opción de utilizar teclado y ratón con la consola para aquellos ya acostumbrados a dicho control o que sigan prefiriéndolo por sobre el uso del gamepad. El lavado audiovisual es evidente y suficiente, y además hay que hacer notar la opción del juego cruzado si así nos apetece activarlo.
Este análisis ha sido realizado en Xbox Series X mediante una copia cedida por Microsoft España