El análisis que tenemos por delante hoy es el de CrossKrush, un juego que hacía tiempo que teníamos en la recamara y ya es hora de hacerle su reseña correspondiente. CrossKrush es obra del desarrollador catalán Pablo Rojo, único integrante del estudio Thinice Games -quien ya había desarrollado previamente juegos como Twin Robots o Concept Destruction– y en este caso es Ratalaika Games quien se encarga de la distribución del título.
Crosskrush nos propone un juego de puzles con una pareja de ancianos cruzando la carretera como protagonistas y una fila de coches que quitarnos de encima. En lo personal, es un juego que por su forma de jugar y su planteamiento me ha recordado al conocido Kurushi de PlayStation -también llamado I.Q: Intelligent Qube-.
La manera de jugar es la siguiente: tras elegir a uno de los dos miembros de la pareja de ancianos y personalizarlo -no con muchas opciones-, apareceremos en mitad de una carretera en la que irán avanzando una serie de coches y nuestra tarea será acabar con ellos para evitar que nos atropellen. La carretera se encuentra dividida en una especie de cuadrícula y los coches irán avanzando una casilla cada pocos segundos. Lo que tenemos que hacer es colocar una «bomba» en una de las casillas y explotarla cuando el coche correspondiente se encuentre a la altura de dicha casilla para quitarnos de encima al vehículo en cuestión.
Para ofrecer algo de variedad a la jugabilidad a la hora de superar los puzles, habrá diferentes tipos de coches y cada uno tiene una función específica: por ejemplo, al explotar un coche rojo hace que exploten también los coches de su alrededor, mientras que los taxis amarillos hacen que toda la fila de coches por delante suya «se asusten» y avancen hacia nosotros sin control, atropellándonos. La idea es ir jugando con los diferentes tipos de coches para evitar que sigan avanzando y encontrar huecos para evitarlos en caso de que se acerquen demasiado al límite, y si todo eso falla, siempre podemos destrozarlos a bastonazo limpio, aunque tardaremos lo nuestro.
Llegados a este punto, hay que decir que la jugabilidad no llega a atrapar del todo, las soluciones acaban siendo muy obvias y repetitivas a poco que resolvamos unos pocos puzles, ya que no hay un componente aleatorio como lo puede haber en el Tetris por ejemplo, los puzles están prefijados de antemano y si sabemos superarlos una vez, podremos superarlo siempre porque la solución no va a variar.
Tampoco se trata de un juego demasiado largo, contamos con 10 niveles con 10 tandas de coches en cada uno, así que a poco que sepamos jugar medianamente bien nos habremos pasado el juego en una hora. Para remediar esto, tendremos diferentes modos de juego -más bien dificultades, el modo arcade sigue siendo el único modo disponible- con diferentes handicaps como morir por un solo golpe, que las casillas queden inutilizadas una vez explotadas o que los coches avancen rápidamente, lo que le acaba dando algo más de variedad. También tendremos disponible el modo multijugador en el que dos personas podrán jugar juntas, ya sea de manera cooperativa o competitiva.
En el apartado visual la verdad es que no es ninguna maravilla, cumplen sin más, con gráficos de aspecto low poly y siempre estaremos en la misma carretera sin variar el paisaje, a veces alternando entre el día y la noche para reducir un poco la monotonía visual pero aun así no llega a conseguirlo. El sonido está más elaborado, con melodías de jazz bastante atractivas que hacen que los puzles no se hagan tan pesados mientras esperamos a que la fila avance, y por supuesto, textos en castellano.
Como hemos mencionado anteriormente, en una hora escasa podemos estar viendo los créditos y aunque el resto de modos de juegos le confieren algo más de variedad, tampoco le vamos a dedicar mucho más tiempo. Se trata de uno de esos juegos ideales para los cazalogros como viene siendo habitual en la marca Ratalaika, ya que es muy fácil conseguir todos en muy poco tiempo.
En resumen, CrossKrush es un juego que nos va a entretener al menos durante el poco tiempo que dura, después de eso la verdad es que es difícil que continuemos jugando más de seguido. Se nota el esfuerzo del autor por crear algo original y en parte lo logra, pero la jugabilidad no llega a atrapar igual que otros juegos del mismo corte. Lo mejor de todo: su precio, pues en época de ofertas podemos llegar a encontrarlos literalmente a un par de euros.
Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Ratalaika Games