Piranha Bytes siempre ha sido santo de mi devoción. Desde aquel lejano día en que cayó a mis manos un Gothic de la ¿Micromanía?, han sido uno de mis placeres culpables. Sus juegos ya tienen su seña de identidad, y solo con jugar un poco de alguno, sabes enseguida quien ha sido el desarrollador. Tras las sagas de Gothic o Risen, hace unos años se atrevieron con un mix raro entre mundo postapocalíptico, ciencia ficción y fantasía. Así nació Elex, que ofrecía lo que siempre ofrece Piranha Bytes y más. Esta saga es la que nos ofrecerá ahora una segunda parte, Elex II, que promete la misma experiencia, pero más grande.

Tras los eventos del final de Elex -que por razones obvias no vamos a comentar-, Jax, el protagonista de la saga, se encuentra aislado de la sociedad. Vive en una casita apartado de todo el mundo, llevando una vida de ermitaño y, de vez en cuando, cuidando de su hijo. Todo cambia en el momento en el que aparece una plataforma desconocida, extraterrestre, y destroza su cabaña. Tras ciertos momentos de angustia y una persecución, nuestro protagonista acabará en el suelo, envenenado. Esta es la excusa para que, de nuevo, volvamos a tener un protagonista a nivel 1 que no será capaz de empuñar siquiera una espada.

Hay quien me dice que Piranha lleva 20 años haciendo Gothics. No le falta razón. No le sobra razón. Y justo por ello son tan buenos con ello. Con Elex II empezaremos con el primer capítulo de siempre. Esta vez tendremos que hacer frente a una amenaza extraterrestre que amenaza con invadir el mundo de Magalan y, para ello, se nos otorgará la gestión de un bastión desde el que tendremos que reclutar nuevos aliados, nuevas fuerzas y, sí, aliarnos con una facción -o no- de las 3 que se nos presentan. Nuestro objetivo será reconstruir aquello que quedó en ruinas tras los acontecimientos del primer Elex y convertirlo en la cuna del contraataque a la invasión.

Nos encontraremos con viejos conocidos.

El mundo de Elex II rebosa cariño a cada metro. Camas para habitante de cada aldea o emplazamiento. Cada casa pre-apocalipsis con su salón, su dormitorio o su baño. NPCs que tienen horarios, que van a dormir a su cama asignada. Realmente, nada que el aficionado a Gothic, Risen, o el mismo Elex no conozca. Pero ojo, que aquí tenemos un game changer: el jetpack. Ay, el jetpack.

El mundo de Elex II ya es bonito de por sí, pero además, con la mochila propulsora, seremos capaces de llegar casi a cualquier sitio. Aquí el jetpack tiene incluso más protagonismo que en la entrega anterior, pudiendo, con las mejoras adecuadas, volar durante un tiempo bastante importante. Esto nos servirá para secciones de plataformeo, para combatir contra los enemigos o, simplemente, para explorar. Y arriesgar en la exploración casi siempre tiene recompensa en este juego, si intentamos hacer ese salto que vemos complicado, probablemente encontremos algún objeto o arma interesante al otro lado. Con el jetpack, y jugando un poco con el píxel perfect, me colé en cierta ciudad a la que de primeras no me permitían entrar. In your face, Piranha. Ah, claro, hasta que me vieron y me echaron a patadas.

Ay, el jetpack.

A nivel de diálogos, quizás nos encontremos con uno de los juegos mejor escritos de Piranha, encontrándonos con viejos conocidos donde notaremos el toquecito de nostalgia entre una pareja que se separó hace un tiempo, o la ira de otro personaje contra el mundo, sin resultar -accidentalmente- cómico. De la misma manera tenemos horas y horas de misiones, con decisiones, solo en el primer capítulo en el que, perfectamente, podemos echar 30 o 40 horas. Aunque luego el juego se convierte en algo más lineal -algo también típico de la desarrolladora-, os podéis hacer una idea de que la duración del juego es extremadamente larga, no apta para gente con poco tiempo o que espere pasárselo rápido. Diría que, metiéndonos en misiones secundarias pero no siendo especialmente complecionista, se nos puede ir perfectamente a las 70 horas.

También dependeremos del mapa. Uno de los puntos más remarcados en el marketing del juego es que no tendremos indicadores si no queremos, pudiendo movernos en las misiones a base de las indicaciones de los NPCs. Lo único que puedo decir al respecto… es que yo no he sido capaz. Considero estas indicaciones bastante vagas, nada específicas en general, y casi siempre ha acabado marcando el indicador de la misión porque de lo contrario no era capaz de encontrar el punto al que tenía que ir. Pero puede que sea cosa mía que tengo peor sentido de orientación que Ryoga -un gallifante a quien entienda la referencia-.

Nosotros decidiremos si queremos indicadores o no. En mi caso los he utilizado casi siempre.

A la hora de combatir, pues qué podemos decir. Es Piranha Bytes. Es una lástima porque me parece que aquí es donde más puede dar el salto la desarrolladora para convertir a sus franquicias en un juego de masas. El combate se siente arcaico y anticuado, lento y pesado, da la sensación de que nos hemos quedado aquí estancados prácticamente en el primer Gothic. Va siendo hora de empezar a mostrar un combate más ágil, que consiga atraer a las masas. Es el combate quizás mi mayor pega con el juego, aunque le sigue de cerca el rendimiento.

Vamos por delante: Elex II visualmente no es un mal juego. De hecho, es bonito, tendremos varias estampas preciosas. Pero no es un juego top en el aspecto gráfico. Y, sin embargo, el rendimiento, en un PC de bastante alta gama, no es del todo satisfactorio. Con todas las opciones en calidad más alta, no paso de los 30 – 40 frames por segundo por lo general, e incluso teniendo que bajar cosas a medio -sombras o reflejos- y a 1080p, no consigo superar de forma más o menos estable los 50. De nuevo es ya un clásico de los juegos de Piranha Bytes, pero no por ello deja de ser frustrante.

Aún así, Elex II es un juego de Piranha, para lo bueno, y para lo malo. Eso sí, lo bueno es muchísimo. Pero para lo malo, diría que va siendo hora de dar un paso más, de que el estudio alemán pegue un puñetazo sobre la mesa y consiga la atención que se merecen. Elex II es un grandísimo juego, probablemente la continuación que el fan del primer Elex está esperando, pero es -otra- ocasión perdida en este sentido. Aún así, quiero recalcarlo: Elex II es más de lo mismo. Pero es que lo mismo es ya muy muy bueno, y la gente de Piranha Bytes unos maestros en ello.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Dead Good Media