La editora Ratalaika Games tiene que venirse a nuestra fiesta de fin de año, o nosotros ir a la suya, porque aquí tenemos otro juego publicado por ellos. De la mano de Ritual Games y GrabTheGames, y una vez más, con una producción sencilla, acompañada de un precio como es costumbre, muy asequible, Gun Crazy es un juego de corte clásico bastante divertido y que merece un buen vistazo, como espero poder ofrecéroslo desde aquí.

La cosa es bastante básica y sin muchos aditamentos: Gun Crazy es un juego 2D de género Run & Gun. No hay que embrollarse ni por argumento ni por opciones de configuración, porque de lo primero no hay absolutamente nada, siquiera cuando terminas con el último jefe. En el segundo caso, solo dos modos de juego y sin niveles de dificultad o configuración de partida siquiera.

Tenemos cuatro fases con una protagonista de ágiles movimientos y cantidades industriales de disparos y enemigos, lo que demanda el género, y garantizo que el sabor arcade puro está muy bien conseguido. El ritmo es trepidante, la acción constante, y la diversión inmediata. Todo funciona muy bien de principio a fin durante su desarrollo, es algo muy a destacar.

El control de la protagonista, que a falta de información adicional como digo, supondremos que ella es la Gun Crazy, es maravilloso. Doble salto, disparo multidireccional, una movilidad, agilidad y respuesta excelentes, hasta con un golpe cuerpo a cuerpo contra enemigos que tengamos cerca. Y un dash con un toque estratégico claro, porque no es solo un mero movimiento de esquiva, sino que nos permite una invulnerabilidad temporal si lo usamos con cabeza y precisión ante disparos y enemigos.

Durante estos cuatro niveles las sensaciones más añejas aparecen en la memoria de los viejóvenes, con reminiscencias desde Mega Man de CAPCOM, al Gunstar Heroes o Alien Soldier de Tresaure, entre muchos clásicos del género. Tenemos tres armas adquiribles con munición limitada, y también me viene ahí otro clásico como es Midnight Resistance de Data East. Todo en un conjunto muy bien planteado, aun con ese bajo perfil productivo. Y la música apuntala de forma plausible este conjunto y sensaciones.

Porque la mayor pega que se le puede poner a un juego tan divertido y directo es la falta de contenido y opciones. Las cuatro fases se antojan pocas, no es un juego que te vaya a tener días y días para completarlas. Pero también conviene avisar que esto no es un juego de pasarse a la primera, la segunda, ni siquiera la tercera. Tenemos cinco corazones, tres vidas y tres créditos para continuar. Pasado esto, tendremos que empezarlo de nuevo.

Lo que pasa es que repitiendo, aprendiendo y con algo de cabeza y ese uso estratégico del dash, el juego termina cayendo. No es muy largo como he dicho, y tras terminarlo nos queda el modo de un solo crédito como reto adicional y excusa para rejugarlo de vez en cuando.

Le pongo como pega adicional una falta de carisma en sus diseños y apariencia. Gran parte de los enemigos son objetos y masas redondas, tal cual, o pequeños trastos mecánicos, así como sprites a veces de generoso tamaño pero escasa inspiración. Los cuatro jefes finales son aerovehículos futuristas, ya digo que de buen tamaño, y acompañados de excelentes efectos y patrones puñeteros además, combinando esa falta de carisma con mecánicas muy bien ideadas y divertidas.

El juego ya digo que se nota algo escaso. El primer nivel tiene tres jefes, una excelente idea usar el concepto de mid bosses dentro del género, pero en las otras tres fases solo hay enemigos grandes al final de la misma. También tengo que destacar los homenajes directos que dejo a esos canosos jugadores disfrutarlos, que el de la segunda fase os va a dejar tan locos, como las vidas que vais a perder hasta que os hagáis a ella.

Siendo un juego de Ratalaika Games, los logros/trofeos caen como el agua del grifo, y sigo lamentando que no se utilicen para picar y explotar un poco más las virtudes del juego. No hay siguiera uno por pasarse la tercera o cuarta fase. Entiendo que con la filosofía de dar estos hitos fáciles acumulativos a los jugadores, no pongan uno al terminar el modo de un crédito, sería difícil conseguirlo sin duda, pero viendo que completar el juego no es complicado, hubiera sido lo suyo recompensar al jugador con un último logro/trofeo al hacerlo.

Pero así funcionan estas producciones de Ratalaika, un precio muy accesible que también sirve como poderoso aliciente para acercarse al juego. En PC al escribir estas líneas está a 1,99 euros temporalmente, y en consola, a 4,99. No estaremos ante un Blazing Chrome o Valfaris, pero es un juego que nos pedirá volver a él también, por su diversión y ritmo.

 


Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Ratalaika Games