Little Misfortune es una pequeña joya, pero es uno de esos títulos que puede ser realmente difícil de analizar. La jugabilidad de este título está realmente limitada, se trata de una aventura interactiva, con momentos puntuales donde podemos hacer alguna decisión, o algún que otro minijuego que dura unos poco minutos. Mi análisis será más corto que de costumbre, puesto que no quiero entrar en muchos detalles de la historia. Hacerlo sería arruinar una de las partes importantes del juego.

Little Misfortune es una aventura interactiva donde manejamos a la pequeña Misfortune y la acompañamos en una misión de lo más peculiar. La jugabilidad está en segundo plano, lo importante es la relación de Misfortune con el narrador, el único otro personaje con el que nuestra protagonista de verdad interactúa. Misfortune es una niña de lo más divertida, así que las tres o cuatro horas que nos durará se nos harán de lo más llevaderas. La ingenuidad y bondad de la niña hacen que el juego sea como es, y si ese toque necio estaríamos ante otro juego completamente diferente.

El juego trata temas bastante peliagudos, algunas veces de forma sutil e inteligente, y otras de formas completamente directas e incluso burdas. En este título hay de todo, se tocan temas como el maltrato familiar, las desapariciones y sus efectos, la soledad y cómo afrontarla, la muerte, la amistad, la confianza… Obviamente algunos tienen más importancia que otros, pero los temas siempre se cuentan desde el punto de vista de una niña, con todo lo que esto implica. No esperéis grandes discursos, ni reflexiones profundas -excepto quizás al final-; Little Misfortune es la historia de una niña rodeada de cosas terribles; ella hablará de ellas como si fueran cosas positivas. Os aseguro que esa manera de ver las cosas es tan única como necesaria, sobre todo si queréis sobrevivir al juego. Al ver algo terrible siempre acudiréis a Misfortune; seguro que puede decir algo positivo del tema.

El control de Misfortune es lo más básico que podáis imaginar. Podemos andar o correr pulsando un botón; y poco más que comentar en este campo. Los minijuegos incluyen un Whac-A-Mole, un juego de puntería y algún que otro puzzle de lo más simple. Si os apetece un juego con carga jugable, no es el día de Little Misfortune.

Sin embargo, a pesar de ser un título completamente lineal, si que hay cosas que pueden ser interesantes, e incluso puede dar para una rejugada. A lo largo del título podemos tomar algunas decisiones, que aunque no afectan al devenir del título ni a lo que ocurre al final, sí que hacen que observemos a Misfortune desde un prisma o desde otro. Además de eso también hay coleccionables en forma de muñecos de paja, algunos no tan a la vista como parece en primer lugar. También hay que lanzar purpurina a muchos objetos para que Misfortune se alegre. Conseguirlo todo desbloqueará un final alternativo; uno que merece bastante la pena.

El apartado visual es quizás el punto principal de atractivo de Little Misfortune. Su arte no es lo que llamaríamos «bonito» nada más verlo. Pero desde luego que tiene cierta belleza personal que no se pueden encontrar en muchos títulos. Los personajes no tienen muchas animaciones, pero las pocas que hay están cuidadas e incluso resultan divertidas. El sonido también tiene gran importancia, pero no así la música, que pasa bastante desapercibida. 

En conclusión, Little Misfortune es una aventura corta, con una jugabilidad casi inexistente, unos temas controvertidos y un exótico sentido del humor. Desde luego no es un título para todo el mundo, pero estoy seguro de que puede gustar a mucha gente que busque algo diferente de vez en cuando. Quizás su precio es un poco elevado para un juego que dura unas cuatro horas, e igual sería interesante esperar a una rebaja, pero solo por lo diferente que es creo que merece la pena al menos probarlo.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Killmonday Games AB