Desde que Nacon Games, cuando aún se llamaba BigBen Interactive, adquirió los derechos oficiales para publicar videojuegos basados en la licencia de la WRC, los encargados de desarrollarlo han sido Kylotonn. Desde entonces y hasta ahora, han ido mejorando entrega a entrega hasta llegar la culminación de la saga con el actual WRC 9.

La desarrolladora francesa Kylotonn Games se ha especializado desde hace años en traernos algunas de las sagas más conocidas del mundo de la competición sobre ruedas como TT Isle of Man, V-Rally o Flatout, aparte del WRC que nos ocupa. Y cada vez lo hacen mejor, manteniendo los aspectos positivos y mejorando allá donde se podía.

Por desgracia para los usuarios que utilicen algunas de las características de Steam como el juego remoto por streaming o la captura sin tener que andar utilizando programas externos, WRC 9 sale en exclusiva en la Epic Store. No obstante, esto solo supondrá un aspecto negativo para aquel que sí vaya a utilizar alguna de las posibilidades que otros portales ofrecen y el cliente de Epic Games no. Cada usuario deberá valorar si para él supone, o no, una pérdida de algún tipo de funcionalidad útil.

Con respecto a WRC 8, analizado también en este portal, nos encontramos con tres nuevos rallys, a saber: Japón, Nueva Zelanda y Kenia. Igualmente, al seguir poseyendo la licencia oficial, podremos utilizar hasta 51 equipos oficiales entre las diversas categorías que se nos ofrecen, desde la Junior WRC hasta la categoría reina. De las 100 etapas, 35 son totalmente nuevas, y Portugal y Finlandia van a ser totalmente rediseñados y ofrecidos a través de sendos DLC gratuitos que se podrán descargar en Octubre y Noviembre. También tendremos acceso a 12 coches clásicos, incluyendo el Citröen Xara WRC 2005 o el Ford Focus RS 2007.

Con respecto a WRC 8, la nueva entrega tiene un nuevo y mejorado modo carrera con mejoras en la gestión del equipo y mayor variedad en los eventos que podemos afrontar cada semana. En dicho modo carrera, el culmen del juego, deberemos abrirnos paso por las diferentes categorías, desde la Junior WRC o la WRC 3 hasta la categoría reina.

Partiendo de ese comienzo, de nuestra pericia dependerá convencer y mantener la relación con un equipo. Pero para afrontar las carreras no solo será importante conducir con maestría, como este tipo de competiciones exige, sino también gestionar adecuadamente todos los aspectos que rodean la competición. Desde la contratación de personal y la gestión de su descanso bien mediante la programación de sesiones para tal fin o mediante la rotación de estos teniendo personal de repuesto, la gestión del presupuesto, realización de pruebas de cierto tipo como en condiciones extremas, que nos ayudarán a mejorar la moral y la reputación lo cual redundará en el beneficio económico. Todo deberá tenerse en cuenta, hasta el gasto en reparaciones del coche, aquí no nos vale ir a saco para ganar descuidando la integridad de nuestro vehículo pues puede tener consecuencias.

El sistema de I+D recuerda a los árboles de habilidades de ciertos CRPGs. Contaremos con varias ramificaciones y a medida que ganemos puntos para invertir iremos obteniendo las mejoras seleccionadas, añadiendo otro toque adicional de estrategia a dicho modo.

Como en todo modo carrera que se precie, tendremos una serie de objetivos a corto, medio y largo plazo. Por supuesto el peso que tendrán en la buena relación con el equipo será variable y tampoco será grave que alguno no lo logremos cumplir, pero no debemos descuidarnos pues una barra nos indicará en cada momento el estado de nuestra relación y, llegado el caso, podrán echarnos.

Por supuesto, si no queremos preocuparnos por todos esos aspectos, podremos disfrutar de los tradicionales modos presentes año tras año para jugar un Rally concreto, una carrera rápida, entrenar de forma libre o meternos dentro de alguno de los eventos o modos multijugador, tanto a pantalla partida como online. Y si no termina de gustarnos lo que se nos ofrece, o no nos convence ninguna de las pruebas diarias, semanales y especiales podemos crear nuestras propias competiciones para competir con nuestros amigos.

WRC 9, al poseer la licencia oficial, no escatima detalle en mostrar los circuitos o vehículos oficiales. Mención especial a los vehículos clásicos, los cuales será una delicia poder conducir con el detalle que el hardware actual permite. Por desgracia el número es algo limitado, con tan solo diez vehículos a poder escoger en esta categoría, esperamos que en futuras entregas se amplíe su número.

Una vez a los mandos del vehículo, WRC 9 nos muestra su alma de simulador, desde el comienzo hasta el final. Y es que, aunque es posible adaptar el control a nuestros gustos, siempre será dentro de un marco muy alejado de lo que pueda ofrecer un juego arcade y por tanto hay que tener en cuenta la especial dificultad que presenta el contexto de rallyes sumado al sistema de simulación. No solo hay que hacerse con el comportamiento del coche, el terreno será igual de importante y deberemos reglar el coche teniéndolo muy en cuenta tanto este como las condiciones meteorológicas que nos vayamos a encontrar.

Al contrario de lo que se muestra en simuladores de otro corte, no tendremos la opción de activar una ayuda que nos indique el trazado con un código de color de verde a rojo que nos muestre la velocidad adecuada. Ni existe la ya común opción de rebobinar los últimos instantes para repetir esa curva en la que hemos perdido unas décimas preciosas por no entrar todo lo bien que desearíamos. Tampoco tendremos un mapa en una esquina que nos muestre qué nos vamos a ir encontrando, sino que, como en la vida real, nos tendremos que guiar única y exclusivamente por nuestra visibilidad y las instrucciones del copiloto.

Copiloto que, por cierto, está doblado perfectamente al castellano, así como todo el resto del juego. El sonido de dicho copiloto es bastante real y ajustado para que se escuche perfectamente independientemente de la cámara en la que conduzcamos. No así con los efectos del motor, la carretera, o el propio traqueteo del vehículo, que se adaptará perfectamente dependiendo de si la cámara es interior o exterior.

Cámaras bien posicionadas que nos darán las opciones habituales: exterior a media altura, exterior en posición trasera, interior mostrando el volante, la cada vez más usual, por fortuna para los que gustamos de jugar con volante, cámara interior pero que muestra directamente el salpicadero, la cámara directa sobre el capó y la que muestra la carretera en toda la pantalla.

Todas ellas mostrarán perfectamente la calidad de los gráficos conseguida en esta entrega. A pesar del usual contraste entre objetos muy detallados como el coche y otros menos importantes y que se ven de pasada, donde se ahorra modelado y texturizado, todo el conjunto roza un gran nivel visual. Pero, aunque con todo al máximo el juego luce genial, no podemos más que recomendar encarecidamente priorizar el rendimiento en un juego de estas características.

En cuanto al control, aspecto crucial en un título como este, está perfectamente ajustado y permite personalización. Y donde luce especialmente WRC 9 es cuando le conectamos un conjunto de volante y pedales. El Force Feedback no es muy intrusivo y podría incluso transmitir más las vicisitudes del terreno, pero en términos generales el salto de inmersión y la mejora en la experiencia es notable. Se echa en falta, para terminar de redondear el conjunto, eso sí, compatibilidad con gafas de Realidad Virtual. Y no es una falta accesoria hoy día. Otros simuladores de conducción ya han mostrado como la combinación de volante y pedales con un sistema de RV otorga una experiencia única y de la que es difícil olvidarse una vez te has acostumbrado a ella.

En resumen, WRC 9 es la entrega anual con licencia oficial que Kylotonn lleva años ofreciéndonos, y mejora año tras año hasta dar el resultado actual. No es perfecto, pero ha ido puliendo su fórmula llegando a convertirse en la mejor opción que los aficionados tienen en el mercado, siempre que busquen disfrutar de la simulación pura, por supuesto.

 


Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Nacon