No dejo de encontrar delicioso no ya reseñar juegos desconocidos, sino el haberlos conocido por las circunstancias más dispares. Porque yo no he tenido nunca un ordenador MSX, ninguno de mis amigos con MSX ha tenido jamás una copia de este juego -ah, pero nos llegó al viejo continente, pero esa es otra historia…-, y es gozante y gozoso que la red se nutra de otra entrada de Moukari Makka? Bochi Bochi Denna. ¡Oh! Pero hasta a las retro-ratas del MSX les puede bailar la memoria. Esto es porque cuando se dumpeó este cartucho se hizo con el nombre de Animal Basketball. 

Y otros varios, así que este dato y la portada que ilustra esto no valen un churro…

Vale, entonces Moukari Makka? Bochi Bochi Denna es un juego de plataformas y scroll lateral para MSX, factura japonesa. Leben Pro lanzó en 1986 un juego para ese estándar creado por gaijines estadounidenses donde se combinaba la tradicional jugabilidad de competir por puntos con las plataformas, y ese gran avance que fue el scroll lateral.

En formato cartucho, porque esto no te cabía en un casete ni de Blas de Lezo, ofrecía estándares domésticos comparables a la Coleco Vision o la NES, teníamos un juego colorista y muy saturniano. El joystick habitual de sistemas de ordenadores 8-bits era una palanca con varios botones, pero todos ellos eran el mismo botón de acción. Y luego los comandos más complejos que avanzar y acción, se realizaban con ingenios según el juego. Saltar era pulsar hacia las direcciones superiores, mismamente. Simplemente solo teníamos un botón de acción para todo.

Pero tampoco hacía falta mucho más ¿No? En ‘partidos’ de cosa-cesto tenemos que marcar en el lado derecho del nivel. Como en un Arch Rivals de la vida, pero tres años antes de que Midway crease su proto-NBA Jam , combinamos leña con ciertas reglas de juego.

Porque somos un humano contra criaturas que no son muy ‘Animal Basketball’ que se diga, y tenemos que marcar, que encestar. El botón de acción del joystick básico es el que hace que el balón bote y se lance, con una física ‘decente’. Nos defendemos y atacamos a patadas -botón único de acción, reitero-, lo que sucede es que estamos en un certamen con reglas y no nos podemos sobrar a leñar.

Si somos Chuck Norris se nos penaliza cambiando el color y valor de los marcadores. Pero hay items que también nos benefician, como buen juego de plataformas ‘moderno’ junto a esos cambios de color. Precisamente esa combinación de penalización/bonificación se usa por nuestros extraños rivales. Porque podemos tener ‘la muñeca caliente’ y tener los marcadores en verde, pero si ellos llegan a nuestra canasta también anotarán puntos extra.

Simplicidad clara, en un gameplay muy original. Las ‘canchas’ son niveles de plataformas, con agua incluso -que nos ralentiza los movimientos al caer en el líquido elemento-, combinando saltos, ataque y defensa del balón, items aleatorios, y puntería junto a los ‘Padre Nuestro que estás en los Cielos’ para que al pulsar el botón en la zona justa encestemos, y no nos lo roben nuestros rivales.

Pues resulta que Moukari Makka? Bochi Bochi Denna es una expresión de dialecto kansai atribuido erróneamente solo a la zona de Osaka, algo así como los localismos que tenemos en nuestra querida España. En lo nuestro como ‘¿Quillo, bien? Bien, bien’. Pero esta expresión está aplicado al mundo de los negocios, o como te va con tus dineros. Una suerte de ‘hello how are you? -Not bad‘, para angloparlantes, pero para asuntos de pasta.

Lo que tiene que ver tanto con el juego como un huevo con una castaña. Igualmente, el nombre de Animal Basketball viene porque al dumpear la rom del cartucho en los dorados momentos del inicio de la emulación había que ponerle un nombre -que lo más que he conseguido acercarlo a occidente con nuestros caracteres es ‘Mo ̄ kari makka? Bochibochi den na~tsu!‘-, y hay otras variaciones que el sabio lector puede buscar si está interesado. Por supuesto la j#x@*^$ portada de esta entrada es otra ida de pinza ¡Y que le den a todo!

Hasta aquí hemos llegado. Esto ha sido Moukari Makka? Bochi Bochi Denna. Celebraremos haberles descubierto otro inusual juego bien tapado por el tiempo y las circunstancias.