Recuperar glorias y sagas del pasado está a la orden del día. Este mismo año hemos visto la vuelta de un clásico como es Streets of Rage, y ahora vamos a repartir leña de nuevo, pero con batracios ¡Los tres sapos más famosos del mundo del videojuego han vuelto! Tampoco es que conozca a muchos sapos famosos en el mundillo pero…. En fin, que Zitz, Rash y Pimple han vuelto ¿De que manera? Eso ya… vamos con más calma.

La franquicia Battletoads parte sin siquiera duda ni disimulo del descomunal éxito de las Tortugas Ninja. Rare creó una franquicia que empezaba con un muy trabajado juego multigénero, tan curioso como estúpidamente difícil en NES. Pero dejaría huella…y cabréos por doquier. Luego, tras versiones de ese título, tuvimos algo menos desquiciante en una nueva parte en Super Nintendo, un pedazo de cruce con los hermanos Lee en Battletoads & Double dragon, y hasta una excelente recreativa. Pero eso ya quedó en 1994.

Pues hoy día, con Rare siendo propiedad de Microsoft, y estando muy infrautilizada en mi opinión, nos encontramos un cameo en Killer Instinct nada menos que de Rash, el sapo con las gafitas cool, en una estética semi-realista que a mi me dio algo de grima, pero que es un personaje que tuvo su gancho.

Brrrrrrrr… ¡Que yu-yu!

La coña es que el trabajo viene de Dlala Studios, supervisados por Rare, eso sí. Y reconociendo que hay esfuerzo detrás al menos, pero me resulta irónico que un resurgir con tanto potencial caiga en unos nisu con escasos trabajos tras ellos. Supongo que por eso el juego resulta irregular, aunque como lo primero que habéis hecho es mirar el numerito, queda claro que sí que hay también calidad.

Pues la cosa empieza tal que así ¿Por qué no sabíamos nada de los sapos de batalla desde el 94 -el cameo de KI no cuenta-? ¡Porque habían estado aislados en un extraño bunker desde entonces! Y al salir, obviamente no les conoce ni Pepito ¡Eso no se puede permitir! Zitz, Rash y Pimple se proponen la noble tarea de volver a ser famosos porque adoran que la gente les adore.

Si la historia empieza como un locurón, ya sabéis bien que la estética está a la altura entonces. Desde que se presentó el primer trailer del juego levantó claras divisiones. Y la estáis viendo, y la veréis todavía más durante la entrada, porque visualmente se presta a ello. Dibujos animados que podrían firmarse en Cartoon Network o Nickelodeon, donde mismamente nuestras Ninja Turtles también han tenido revitalizaciones. Ah sí, también sale la Reina Oscura en el juego, y parece que no ha conquistado el universo por una serie de motivos. Todo esto y más en cuatro actos con varios capítulos cada uno.

Doblaje inglés, subtítulos latinos, los modales de una camionera.

El juego sigue la premisa de combinar géneros de los títulos de antaño, siendo el brawler contundente y locuelo la parte más destacada, que no mejor distribuida. El juego ofrece cooperativo a tres, aunque solo local, y tenemos botón de salto, de leñar, uno para hacer juggles, y otro donde nos transformamos en cosas y rompemos guardias. Le metemos la habilidad con la lengua y escupir chicle de los bichos, así como un importantísimo botón de esquiva, y conseguimos un sistema de juego tremendamente dinámico, donde tenemos que tener mil ojos, ya que no basta con aporrear y esquivar.

Lo del botón de transformación es literal, los tres sapos pueden convertirse en cosas alucinantes en función de la combinación y situación de combate en la que nos encontremos -adoro el sarcófago con momia de Pimple-, y encima, jugando solo podemos cambiar en todo momento entre cualquiera de los tres, con Zitz siendo más equilibrado, Rash siendo el rápido pero más débil, y Pimple como lentorro pero con una contundencia tremenda.

Creedme si digo que estas partes son divertidísimas, como también tenéis que creerme que no entiendo la decisión de romper el ritmo con minijuegos de hackeo o circuitos eléctricos para dar una variedad que no era necesaria, especialmente cuando se alargan un poco y fastidian la fluidez.

Jugando solo, cada batracio hace de vida, de manera que cuando uno cae, debe esperar una cuenta atrás para volver. Si perdemos a los tres sapos, a cargar punto de control. Este sistema se plasma en otros géneros, como las fases a bordo de vehículos -tranquilos, nada que ver con la cabronada de la tercera fase de NES-, plataformas o incluso ¡Un matamarcianos estilo Bullet Hell! Lo que significa que jugando en cooperativo, al menos un jugador tiene que aguantar el tipo hasta que la cuenta atrás de los caídos vuelve a cero.

Pimple es el mejor, lo que yo os diga.

Y ahí ya tenemos dos de los grandes problemas claros del juego: falta de ritmo en algunas fases, junto con una combinación de géneros discutible en su orden. Porque el ‘yo contra el barrio’ tiene mucha más presencia en los dos primeros actos, y luego las fases que siguen caen en interés, incluyendo fases de puzles y minijuegos que yo no termino de tragar frente al dinamismo de las fases en aerodeslizador o el shmup.

Luego, que el cooperativo se presume importante, por ejemplo para alguno de los citados mini-juegos, pero es que ni lo hay online, ni parece que lo vaya a haber nunca. Este análisis sale más tardío que en otros medios, y seguimos sin ninguna noticia del tema, y se quedará solo en el multijugador local. Una verdadera lástima, encima, algunos logros del juego están asociados a jugar a tres jugadores.

Pero creo que la cosa funciona bien, no creo que llegue a romperse, aún con la caída de interés de algunos tramos. Y como habréis adivinado, a mi su estética, gags y estúpida y maravillosa locura si me han convencido frente a otros medios y corrientes de opinión. También, que los originales, entre copiar burdamente y que su diseño sci-fi espacial feuchillo no me llamaba, es fácil que algo tan rupturista con lo anterior me cale bien.

Me sorprende que un estudio novel, sin aparente colaboración externa, hayan conseguido un toque tan marcado, así como situaciones y gags visuales o en diálogos, totalmente impropios de unos novatos en el mundo de la animación comercial. La historia… bueno… pero entre que ya digo me convence mucho más que en los originales –salvo esa ideaza de traerse a Billy y Jimmy Lee-, y las situaciones tan taradas que da lugar, me ha gustado y hasta dejado posito. Mirad el vídeo al final de la entrada y juzgad.

Precisamente, es por esta estética y diseño tan controvertidos, que ya digo que me parecen de calidad más profesional, que se tendría que apuntalar este agradecido regreso con todo tipo de cosas, aunque queden fuera del mundo del videojuego, pero recordando que es ahí donde nacieron las Battletoads, y más juegos que equilibren y pulan mejor mecánicas y géneros, serán recibidos con los brazos abiertos, los míos al menos.

 


Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Xbox España