Call of Duty es una de las franquicias más exitosas y longevas del mundo de los videojuegos. Desde su debut en 2003 ha evolucionado significativamente, tanto en términos de jugabilidad como en contexto narrativo y la estructura del juego, y con cada nuevo paso ha marcado el camino de numerosos juegos que han tratado de seguir su estela. La subserie Black Ops, que comenzó en 2010 con el título homónimo desarrollado por Treyarch, ha sido una de las más queridas dentro de la saga. Caracterizadas por su enfoque en tramas de espionaje, operaciones secretas y conflictos geopolíticos de alto nivel, las diversas entregas publicadas bajo la etiqueta Black Ops han explorado la Guerra Fría, la guerra de Vietnam, la era moderna e incluso un futuro distópico, incorporando algunas de las tramas más atrevidas de la franquicia y algunos de los modos multijugador más populares.
El éxito de Black Ops también ha sido impulsado por el modo Zombis, una modalidad cooperativa que permite a los jugadores enfrentarse a hordas de muertos vivientes, con un extenso lore que interconecta las diversas iteraciones de este modo explorando mundos paralelos, secretos ocultos y numerosos guiños y homenajes entre entregas. Este modo se ha convertido en uno de los pilares de Black Ops, una especie de subsaga dentro de la subsaga, fidelizando a una gran cantidad de jugadores.
La hasta ahora última entrega de Black Ops -Call of Duty: Black Ops Cold War– llegó en 2020 de la mano de PlayStation 5 y Xbox Series X, marcando el comienzo de la actual generación de consolas. Activision, tras una serie de reestructuraciones internas y la incorporación de nuevos equipos de apoyo al desarrollo de la saga, decidió aumentar los tiempos de producción de cada entrega y por ello Treyarch y Raven Software han podido dedicar casi cuatro largos años de desarrollo a este Call of Duty: Black Ops 6.
Se nota sobre todo en el modo campaña. A la campaña de Call of Duty: Modern Warfare 3 que pudimos jugar el año pasado se le notaba la falta de tiempo de desarrollo, puesto que no ofrecía nada del espectáculo y de la adrenalina característica de anteriores entregas. Era una campaña rara, que trataba de experimentar para llevar a la saga a nuevas cotas, pero acababa resultando ser una campaña anticlimática que sufría por la falta de inspiración, atreviéndose incluso a reutilizar grandes porciones del mapeado pertenecientes al Battle Royale de Call of Duty Warzone.
La campaña diseñada por Raven Software para Black Ops 6 es igual, o incluso más, experimental que la de Modern Warfare 3, pero, sin embargo, esta vez se ha conseguido que los momentos de experimentación no desentonen y por ello se combinan a la perfección con los elementos más clásicos de la saga, como las setpieces bombasticas. Algunos niveles nos llevan por terrenos nunca vistos en la franquicia, atreviéndose incluso a coquetear con el inmersive shooter en forma de misiones que nos ofrecen libertad para resolver situaciones con diversos enfoques ¿Quieres atravesar el nivel sin pensar mucho y disparando a todo lo que se mueve? Puedes ¿Quieres abrirte paso en completo sigilo aprovechando las diversas rutas y posibilidades que te ofrece el mapeado? También puedes.
Al éxito de la campaña también contribuye de forma notable la enorme variedad de situaciones, armas y artilugios que desfilan ante nuestros ojos. No quiero hacer demasiados destripes, pero la narrativa facilita que toda esta variedad fluya y se cohesione de una forma pocas veces vista y lo que en otras ocasiones podría parecer el sueño febril de algún guionista aquí se experimenta con una naturalidad fuera de toda duda.
Además se ha añadido un ligero sistema de progresión que hace más atractivo el avance durante las aproximadamente quince horas del modo campaña. En los interludios entre misiones podremos acceder a un refugio que hace las veces de campamento en que podremos interactuar con algunos de nuestros aliados y también invertir el dinero que obtendremos durante las misiones en adquirir mejoras que nos proporcionaran mayor vitalidad, más resistencia, más vitalidad, etc
Pero, por supuesto, el plato fuerte de cada Call of Duty anual está en el modo multijugador y podemos decir, sin ningún tipo de duda, que el modo multijugador de Call of Duty Black: Ops 6 se posiciona muy arriba en nuestro ranking personal y lo hace, sobre todo, gracias al Omnimovement. Omnimovement es un nuevo sistema de movimiento que nos permite movernos con mayor libertad de la forma en la que queramos. Treyarch ha eliminado la limitación de poder correr solo en la dirección en la que mira el personaje y ahora el campo de combate se convierte en un lienzo en blanco a través del que podemos desplazarnos con agilidad y rapidez en cualquier dirección de forma totalmente natural y casi instantánea.
Por supuesto el Omnimovement no se queda solo en la posibilidad de correr en todas direcciones, también nos permite deslizarnos de igual modo en cualquier dirección, haciendo que en ocasiones los tiroteos tengan un toque de película de acción noventera estilo James Wood que va a juego con la ambientación principal del juego. Es increíble la absoluta fluidez con la que podemos movernos en el modo multijugador y estos cambios, aunque parezcan pequeños, acaban cambiando la experiencia por completo.
Después de años experimentando con temáticas futuristas que venían de la mano de jetpack y exoesqueletos resulta muy llamativo ver como Treyarch ha dado con la tecla sin necesidad de recurrir a artefactos o a ambientaciones rocambolescas, simplemente apostando por aumentar la cantidad de animaciones de nuestros personajes y por darnos una mayor libertad de movimientos como jugadores, de forma que podamos controlar milimétricamente el cómo y el dónde de cada una de nuestras acciones.
De lanzamiento el juego cuenta con 13 mapas a los que se irán incorporando gratuitamente nuevos mapas de forma periódica, como el icónico Nuketown que ya ha sido añadido vía parche. En general los mapas están bien diseñados y nos han gustado, aunque no todos están al nivel y son pocos los que nos han parecido especialmente memorables. Es quizá el gran lunar de un modo multijugador espectacular a nivel de jugabilidad, equilibrio, gunplay y sistema de progresión de personajes, pero sin unos mapas que aprovechen la enorme calidad de las mecánicas de juego. Es algo que esperamos que se vaya solventando con los nuevos mapas.
Otro punto delicado del multijugador, y que puede ser muy divisivo, es que el Time to Kill se ha rebajado sensiblemente con respecto a anteriores entregas. Se vuelve a los 100 puntos de vitalidad que contrastan con los 150 de los últimos juegos, con armas que además causan bastante daño, por lo que en demasiadas ocasiones se premia el juego especulativo y la rapidez de la conexión, puesto que apenas hay margen de reacción una vez que se desencadena un tiroteo. Esto, como decimos, es cuestión de opiniones y habrá jugadores encantados con el cambio, pero a nosotros no nos ha gustado especialmente.
Por último, y a falta de la llegada de los cambios anuales en Call of Duty Warzone, tenemos el tercer gran pilar de los modos de juego: el modo zombis. En los últimos años ha habido bastantes quejas con respecto a la estructura abierta con la que se estaba diseñando este modo y se podía un regreso a la estructura por fases y niveles cerrados. Los desarrolladores han escuchado y el modo zombis de Call of Duty: Black Ops 6 ha regresado a los orígenes y se agradece, aunque quizá echamos en falta algo más de contenido en este modo y esperamos que sea una de los añadidos en próximos parches.
Call of Duty: Black Ops 6 supone una notable incorporación a la veterana saga. Nos ofrece una campaña notable, un modo multijugador que añade novedades de peso y que se coloca entre los mejores jamás vistos en la franquicia y un modo zombis en el que han escuchado las peticiones de la comunidad. El resultado no ha podido dejarnos más satisfechos.