Los juegos indies y la libertad creativa de la que pueden hacer gala nos han regalado muchos títulos bastante arriesgados en los últimos años. Dentro de este mar de producciones independientes siempre me han llamado la atención esos juegos que son más de lo que parecen, es decir, que ponen la jugabilidad del título al servicio de la narrativa y a contar una historia más allá de lo meramente jugable y evidente. Juegos con mensaje, unas veces claro y directo, otras de una forma más sutil e interpretativa. En 33bits siempre nos han gustado este tipo de producciones, y podemos decir que Endling – Extinction is Forever no me ha dejado indiferente.

Como en Celeste, 198X o Sea of Solitude, Endling – Extinction is Forever es mucho más de lo que parece. La aventura del estudio barcelonés Herobeat Studios nos dará el control de una pequeña familia de zorros, o mejor dicho, de la madre, que es la que directamente manejaremos, aunque las crías nos seguirán y conseguirán aprender ciertas habilidades que también podremos usar. Pero Endling no es realmente un juego sobre zorros, ni un juego de gestión, ni de supervivencia -aunque jugablemente si lo sea-, Endling es un grito de desesperación ante un mundo que agoniza, y como el hombre es el causante de los desastres que iremos contemplando durante todo el juego.

Pero comencemos por el principio, como hemos adelantado, Endling nos pone en la piel del último zorro de La Tierra en un futuro pre-apocalíptico muy cercano. Concretamente una hembra que esta a punto de dar a luz, y desde el mismo comienzo tendremos que escapar de un terrible incendio que nos empuja a buscar refugio en una zona mucho menos segura que el bosque ahora en llamas, entre fábricas y zonas yermas, además con bastante -y peligrosa- presencia humana. Una vez encontrado un refugio, daremos a luz a cuatro crías y nuestra primera misión será alimentarlas, por lo que la madre deberá salir cada noche y cazar o conseguir comida de varios modos y volver a la madriguera antes de que llegue el día.

Enseguida arrancará realmente la aventura, en cuanto una de nuestras cuatro crías sea capturada, y además las otras tres sean capaces de salir de la madriguera y nos acompañen cada noche en nuestra búsqueda de sustento y de cualquier pista que nos pueda llevar a encontrar a nuestra cuarta cría. La premisa es sencilla, cada noche dispondremos de un tiempo limitado para explorar el mapeado, desbloquear ciertos eventos, alimentarnos, o avanzar en la trama siguiendo el rastro de nuestro cachorro capturado. Aunque es cierto que es más fácil decirlo que llevarlo a cabo, pues estas actividades tienen sus propias mecánicas y consecuencias.

Lo primero que hay que tener en cuenta es la comida. La madre no come, pero los pequeños sí, y hay que proporcionarles comida ya sea cazando, buscando en ciertos setos, con las habilidades de los cachorros -conforme las vayan adquiriendo-, o rebuscando en bolsas de basura con el peligro que ello conlleva. Si fallamos en esta premisa, los cachorros irán muriendo uno a uno, con la consiguiente perdida de las habilidades de ese cachorro, y el mal sabor de boca que nos dejará el no haber hecho las cosas de otro modo. Y hay que decir que el mundo, y el daño que el hombre hace en él, es implacable, cada vez habrá menos comida, y seremos forzados a avanzar hacia otra madriguera más cercana a los recursos necesarios. A la hora de conseguir comida, la madre será capaz de seguir el rastro si estamos suficientemente cerca de esta.

Si conseguimos solventar el tema de la comida y mantener siempre un buen nivel, podremos usar nuestras noches para explorar el extenso mapeado y buscar eventos que proporcionen nuevas habilidades a nuestros cachorros -habilidades no esenciales para el juego, pero de gran ayuda para conseguir comida por ejemplo-, que nos permitan ayudar a otro animal en apuros, que nos proporcione confundir a los peleteros -ya hablaremos de esto más adelante-, o que nos permita interactuar con ciertos humanos buenos -que alguno hay-.

Cada cierto número de noches, al salir de nuestra madriguera detectaremos el rastro de nuestra cría capturada, y si lo seguimos encontraremos una pista que dará lugar a una imagen de lo que sucedió en ese lugar. Cada una de estas noches podremos encontrar hasta tres pistas antes de perder el rastro, y estas harán avanzar la trama, desbloqueando nuevos caminos y eventos. Hay que tener en cuenta que aunque sea tentador lanzase a seguir el rastro de nuestra cría, los demás cachorros siguen necesitando ser alimentados y el jugador decidirá que prioriza.

Si todo esto fuera poco, aún queda un elemento a tener en cuenta: nuestro mundo y el desastre que estamos haciendo con él. El entorno será brutal y no tendrá piedad con nuestra familia. Desde sufrir ataques de otros depredadores que pueden acabar con nuestras crías, el contacto con humanos que la mayor parte de las veces serán una amenaza muy seria -por ejemplo el peletero, que podrá acabar con nuestra vida, y además de encontrarlo en ciertas zonas, aparecerá cerca de la madriguera al alba si nos retrasamos en volver-. o las diferentes trampas que encontraremos en el camino, ya sean puestas por los humanos, o quedar atrapado en plástico al revolver la basura en busca de alimento.

Audiovisualmente Endling – Extinction is Forever es impactante. Su apartado artístico consigue trasmitir las emociones perfectamente, y a pesar de los diseños no tan realistas de los humanos, la crudeza de lo mostrado queda intacta. La iluminación y animaciones merecen una mención especial, y todo se mueve con suavidad y sin fisuras. Respecto a la banda sonora, nos esperan unos temas bastante dramáticos que acompañan perfectamente a la acción. Una obra del maestro Manel Gil-Inglada que le ha otorgado un instrumento a cada uno de los cachorros y que si los vamos perdiendo, el instrumento desaparecerá también de la composición, toda una genialidad.

Pero volviendo a lo dicho al comienzo de esta reseña, Endling – Extinction is Forever no nos cuenta la historia de una familia de zorros, no, estos son solo el instrumento por lo que veremos la realidad: grandes catástrofes naturales en cierto modo provocadas por como el hombre trata a La Tierra, contaminación desmedida, deforestación, cambio climático, enfermedad, explotación forestal y animal, residuos tóxicos, caza y maltrato animal, básicamente el pack completo de como el hombre trata a la naturaleza. Y Endling nos lo va a mostrar a través de los ojos de estos animales, forzados a sobrevivir en un entorno casi destruido y condenado por el hombre. Herobeat Studios nos lo muestra, y lo peor es que no se equivocan.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Dead Good Media