Tras analizar esta semana una aventura conversacional para nuestro portal, recuerdos extraños y horribles me asaltan sobre este género de fama creciente en nuestro país a mediados-finales de los ochenta, cuando en el mundo anglosajón dicho crecimiento se fue dando una década antes. Sea como sea, Ke Rulen los Petas se merece un hueco en esta sección ¡Que cojones! Un sistema de juego al que nunca terminé de cogerle la gracia, con un juego que no es de los mejores y que tiene más forma que fondo ¡Mi tipo de reseña favorita! Vamos allá.

No, este no es el ‘típico juego’, eso sin duda.

El comienzo de todo estaría en 1975 de manos de Will Crowther y su juego ADVENT. Quizás sea más conocido hoy día como ‘Colossal Cave‘ o ‘Adventure’, pero es que el sistema operativo del PDP-10 no admitía más caracteres. Es precisamente la modificación de este título primero por parte de Don Woods, y distribuida por la proto-internet de ARPAnet, lo que lanzó el género. Aquí en España es más fácil recordar este juego -modificado- como el también muy clásico título de La Aventura Original’.

En esencia, se trataba de ver texto, alguna imagen estática, y escribir lo que queríamos hacer. Una idea muy interesante que muchas veces se ligaba a la literatura. Y precisamente Adventure era una cueva llena de enanos y temas de fantasía heroica, inspirados por obras como la de Tolkien, especialmente cuando Woods metió mano luego, aunque él lo negó por lo visto.

La verdad es que la historia de Adventure daría para un interesante artículo, y la evolución del género de las aventuras conversacionales también, y sin duda más interesantes que este que vais a leer. Pero es que yo nunca he sido un fan de este tipo de juegos, a pesar de la fascinación inicial que me producían.

En nuestro país se introdujeron tímidamente al principio, muchos títulos no se distribuían de forma masiva -ahí estaban esos teléfonos de empresillas de la época que se anunciaban en las revistas y suministraban juegos UK o de otros países- y llegaban sin localizar. Pero había cosas llamativas en nuestra lengua como el Gremlins, una adaptación de la película de Joe Dante a aventura de escribir con una parte visual muy llamativa para este género.

Oh dios ¿Y que hay que hacer con una triste cámara de fotos frente a tanto bicho?

Así que la explosión se dio en España cuando nuestras empresas locales –Dinamic, Topo, Ópera…- fueron programando las suyas propias. Poco hay que recordarle al viejuno ese Don Quijote de Dinamic en 1987. Para mí el género era inmensamente llamativo desde que vi a Tom Hanks en la película Big teclear órdenes en un juego de fantasía, Cavern of Evil Wizard, que es totalmente ficticio y preparado para la película. Antes que eso, monitores verdes de fósforo me habían permitido ver cosas chulas como La Aventura Original o El Jabato, aunque sin profundizar en ellas.

Cuando ya lo hice, la verdad es que las aventuras conversacionales me parecieron muy limitadas y hasta desfasadas. La enorme fascinación por ‘jugar un libro’ se iba a la porra por la limitación a la hora de interactuar, mientras probaba comandos como un imbécil. Si ya la partida se te iba a la mierda por chorradas como no comer cada cierto tiempo como en Don Quijote, la nostalgia que me produce el género me pasa por debajo del ombligo. Dustin, por ejemplo, me parece una video aventura de explorar, usar objetos y combatir muchísimo mejor resuelta y adaptada a lo que ofrecía la época globalmente.

Pero Ke Rulen los Petas al menos nos dio momentos graciosos y quizás aquí si nos hizo volar un poco más la imaginación a los colegas que nos juntamos alrededor de un Spectrum, seguramente más que los juegos basados en entornos de fantasía, y vamos con un poco de historia ya sobre el título que por algo este viernes retro está dedicado a él.

Nuestros adorables chavales.

Lanzado en 1989, obra de Fabian Ascalante y Javier Aragones bajo el sello SSOFT, editado por IBER Soft y distribuido por MCM Software -que la palabra daba caché por lo visto-, estamos ante una historia de corte distópico situada en un futuro relativamente cercano: año 2028, el mundo es un lugar más gris, controlado por corporaciones y gobiernos corruptos y bla bla bla. Estamos en Bangkok -capital de Tailandia, pa informar y eso…- y el país es regido con mano de hierro por el general Charoen con sus korps como brazo armado para guardar el orden y manejar el crimen a su antojo en las calles.

Se supone que nuestros dos héroes luchan a su manera contra el sistema corrupto, aunque realmente son dos camellos y drogatas de poca monta. Andrés Kasho Mulo es un bruto adicto a todo tipo de drogas desde los siete años; Mikel Jakson es más, mmmmmm, bueno…inteligente. Los dos vivirán una aventurilla que se explica más en las instrucciones y el cómic que incluía que realmente en el juego. Pero aquí ya tenemos uno de los aciertos del juego, dos protagonistas con diferentes capacidades para afrontar esta odisea de takos, escritura semi-ininteligible, drogas y chorradas varias.

Lo primero, reseñar la pedazo de portada por parte del difunto e inmortal Juan Giménez, disculpándome de antemano por no encontrarla en mayor calidad, y el cebo barato que he usado en la imagen que preside esta entrada.

El cómic del juego ya no está dibujado por él, pero fijo que nadie lo diría ¿Verdad?

Se cambian los nombres respecto a las instrucciones y como los veremos en pantalla, pero no creo que esto sea lo peor del mismo. Bueno, hechas las presentaciones hablemos de lo que tenemos a la hora de jugar.

Siguiendo el canon de las aventuras conversacionales, tenemos texto en pantalla describiendo las situaciones y localizaciones donde nos encontramos, e interactuamos y jugamos escribiendo comandos e instrucciones. También se presentan unos sencillos gráficos como ya es costumbre en la época, pero el género no los demandaba siempre, hay aventuras conversacionales de texto puro. Aquí precisamente podemos acceder a esa opción escribiendo el comando ‘MODE’.

Empezamos con Mikel en una situación apurada -como sale en el cómic, se ha separado de Andrés por una redada de los kops-, uniéndose Kasho Mulo al poco. Como he dicho, es algo muy destacado tener dos personajes en juego, porque no era habitual en este tipo de aventuras. Andrés es el bruto destinado a acciones físicas, y Mikel se ocupa de asuntos más intelectuales como leer cosas y tal. Alternamos entre ellos en todo momento con el comando ‘CAMBIAR’. Un detalle también que en todo momento vemos en pantalla al personaje que llevamos.

Nos movemos por estancias, con distintas salidas en cada una, referidas con los cuatro puntos cardinales. Para ir al este basta teclear una sencilla ‘E’, y así cada vez que queramos movernos en una dirección permitida. El inventario se mira tecleando ‘I’….y dándole a ENTER….supongo que esto se daba por sabido, pero por explicar mejor las cosas a los jóvenes que lean esta entrada.

Sobredosis de ks

Y el juego avanza a base de encontrar como tenemos que escribir las cosas. La estructura es sencilla, infinitivo+verbo, y algún complemento directo según la situación: coger barro, romper barrotes, dar costo a Willis No hay pila de salvado ni passwords, pero es que estas aventuras se podían completar muy rápido………………..si te sabías las secuencias de acciones. Ahí es donde se echaban horas y horas, con interés pero también, con frustración cuando escribías y probabas de todo. Siempre hay alguna cosa que no atinamos, alguna acción con la que no conectamos. Y es que el juego no está tampoco muy bien escrito.

El cómic y las instrucciones dan la base para entender mejor el juego, porque los textos en pantalla son muy desangelados a la hora de presentar argumento, descripciones y situaciones. De hecho, la ‘misión’ es un desbarajuste con un final que….

Kasho Mulo es pura fuerza, amigos. De algo tenía que servir drogarse tanto.

Lo que pasa es que era inevitablemente llamativo justamente esos textos con una tipografía alucinante, llena de ‘ks’, letras invertidas o metiendo mayúsculas en medio de palabras, por ejemplo. Le sumas las palabrotas, el coñeo, algunas chorradas ingeniosas como la del judío y el cerdo…y te sale un juego tanto para echarte unas risas como para ir de malote. Pero no hay un humor ni una escritura muy trabajada, más ‘kaka, kulo, pedo, pis’ que ingenio. Graciosa pero con poco fondo.

Sobre las versiones, originalmente tenemos Spectrum ZX, Amstrad CPC y Commodore 64. Sobre estas dos últimas:

Cualquier conocedor de C64 y CPC adivinará cual es cual. Decir que la de C64 tiene dibujos mejores, pero aquí no podemos hablar del SID, el juego no tiene sonido en ninguna versión. Tampoco entiendo porqué no usar un mejor colorido en CPC. Ambas cargan más rápido los gráficos autogenerados -frente a otras aventuras conversacionales con imágenes estáticas- que en Spectrum, pero nada especialmente relevante. Y un detalle: la fuente es mucho más legible a costa de cargarse particularidades de la versión de Spectrum. Cada cual que juzgue que prefiere pero creo que el juego gana con esa mejora al visualizar los textos.

La versión de MSX es obra de Daniel Díaz Sañudo, y solo decir que he combinado en esta entrada imágenes de Spectrum y MSX al margen de las dos de arriba. A ver quien es capaz de distinguirlas…

Curioso Bar, sí.

En fin, es una pena no haber conocido mejor el género en mis años mozos rodeado de ordenadores. Cosas como El Hobbit ofrecían diferentes caminos y distintas situaciones en función de algunas acciones del jugador, era más agradable para escribir y profundizar en su sencilla historia basada en el bello cuento-novela de Tolkien.

Hoy día el genero tiene más vigencia de la que puede parecer. Ya no estamos en los tiempos donde hasta las meras palabras ocupan memoria que hay que controlar, hay un buen número de aventuras de texto puro llenas de narrativa, opciones y consecuencias distintas según nuestras acciones y más posibles a la hora de aceptar escritura. Por supuesto incluir parte visual y hasta sonora ya no es un hándicap a la hora de gestionar el espacio ni el hardware. Es algo muy underground pero con títulos más satisfactorios e inmersivos.

Si alguien que haya leído esto es amante del género, o quiero probarlo de forma sencilla, ofrezco dos opciones. Una es el remake de este Ke Rulen los Petas hecho por Xabier Carrascosa «Grendel Khan» jugable directamente en navegador en PC y MAC, totalmente gratuito aquí. Y como no, Rescate 2019, la aventura que he analizado esta misma semana, de manos de Ricardo Oyón Rodríguez, que también es totalmente gratuita y podéis jugar desde aquí, y también autojugable desde el navegador.

 Bueno, os dejo que me llaman creo que para recoger a la amiga de intercambio de alguien, veo un mensaje diciendo que pille la china así que salgo escopeteado de la entrada. Nos vemos en dos semanas…..esperemos.

Adoro los finales felices ¿Y quien no?