Workers & Resources: Soviet Republic es un juego de gestión y de construcción de ciudades que a primera vista puede parecer uno más, pero contiene una diferencia que lo hará apetecible a ojos de muchos: el objetivo final del juego es poder construir -y mantener- toda una ciudad solamente con los recursos que producimos en nuestras fábricas, sin tener que recurrir a moneda de ningún tipo. Se trata de erigir un paraíso comunista que sea autosuficiente, pero hacerlo no va a ser fácil-(ni en este título ni en la vida real, para que engañarnos-. 

Antes de siquiera empezar a construir tendremos que hacer buenas dosis de lectura si queremos enterarnos de algo. El juego no dispone de un tutorial animado, así que toca leer largos párrafos o intentar aprender a base de práctica pura y dura. Esto ya supone un problema de entrada, pero dado que se trata de un título en early access y no de un juego completo es algo que estoy dispuesto a perdonar. Prefiero que al comienzo del desarrollo se centren en aspectos que afectan directamente al núcleo jugable.

Aunque he dicho que el fin último del juego es crear un paraíso autosuficiente, en los primeros compases del juego nos tendremos que acostumbrar a manejar monedas. Y digo monedas porque podemos usar tanto rublos cómo dólares. Aunque parezca que esto no afecta, con cada una de las monedas podemos hacer distintas cosas, algunos precios pueden variar e incluso los vehículos que compramos son distintos. Esto representa al bloque comunista y capitalista -que de hecho aparecen como bordes en el mapa, con mecánicas que explicaré un poco más adelante-; las condiciones con cada uno de ellos era distintas, y los bailes en los precios es una buena forma de representarlo.

Como juego de gestión, y a pesar de estar en early access, Workers & Resources: Soviet Republic es realmente completo. Tenemos que cuidar de los ciudadanos de nuestro territorio; esto incluye su felicidad, la calidad de la comida y la ropa, su religión es incluso la adicción al alcohol . Dado que en un paraíso comunista la estrella es el trabajador, se agradece que el título profundice sobre esto. Además de cubrir las necesidades básicas, también tendremos que construir caminos para que se desplacen, o transporte público si tienen que ir a trabajar muy lejos.

El apartado donde el juego brilla más es en la creación de redes de fábricas. Crear la infraestructura para que nuestra mina de hierro lleve el material a una acería es un proceso a veces largo y lleno de problemas. Nuestros trabajadores tienen que estar cerca de su lugar de trabajo, además de tener que construir estaciones para poder mover el material de un lugar a otro. Y todo esto hay que hacerlo de una forma ordenada y efectiva; no pocas veces he tenido que rehacer zonas enteras porque construí los elementos sin tener en cuenta las salida y las entradas.

A pesar de que podemos construir carreteras para llevar las materias primas, también existe un método más directo entre fábricas, pero esto hace que el problema que he explicado antes se multiplique. También hay que tener en cuenta que al comienzo necesitamos de las fronteras para recibir materiales e incluso electricidad. Podemos comerciar con ambos bloques, y cada uno tendrá sus propias características. De todas maneras, debe ser algo temporal, ya que está en nuestra mano ser completamente autosuficientes.

Cada una de las industrias que podemos construir tiene sus propios vehículos, además de los trenes y transportes de pasajeros. Una simple granja necesita de tres vehículos distintos para simplemente funcionar. En ese aspecto el título está realmente trabajado. Sin embargo, creo que es justo aquí donde los desarrolladores deberían invertir más tiempo. Tener un buen depósito de vehículos puede hacer que el juego sea aún más profundo. Añadir vehículos voladores sería también todo un detalle.

A los apartados técnico y sonoro no se les puede poner muchas pegas. Visualmente funciona, siendo muy fiel a la estética comunista de la época. Los edificios tienen el toque necesario, y las texturas y demás y demás elementos técnicos son lo que se podría esperar de un juego de estas características. La música es lo que convierte a este título en la experiencia marxista definitiva; varios temas que recuerdan a las marchas militares comunistas tales como «Let’s Go» o «Varchavianka». Los temas acompañan perfectamente, y no podrían haber hecho un trabajo mejor. Si añaden unos cuantos temas más sería perfecto.

En conclusión, Workers & Resources: Soviet Republic puede no estar acabado, pero a día de hoy es completamente jugable, está muy pulido y es tremendamente divertido. A pesar de que intenta cubrir géneros completamente distintos, lo consigue con bastante éxito. Ahora mismo es una oferta a tener en cuenta, y de aquí solo puede ir a mejor.

 


Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por 3Division