Han pasado ya 27 años desde que Trey Parker y Matt Stone crearan una de las series animadas más emblemáticas de la historia de la televisión -para mí personalmente la mejor en activo ahora mismo- como es South Park. Las vidas de Cartman, Kyle, Stan y Kenny siguen enganchando a miles de telespectadores con su humor gamberro y su crítica a la sociedad actual. Como era de esperar, también había que probar suerte en el mundo de los videojuegos y, aunque no han sido especialmente numerosos los títulos basados en la franquicia, los hay de bastante calidad. La nueva incorporación es South Park: Snow Day! y vamos a ver de qué trata esta nueva incursión.

South Park: Snow Day!, a pesar de que no se trata de una secuela directa, sí que tiene en cuenta parcialmente los sucesos de los dos videojuegos anteriores: La vara de la verdad y Retaguardia en peligro. En esta ocasión, una fuerte nevada llega a la ciudad provocando una enorme catástrofe y numerosos muertos, pero la verdadera noticia que espera Cartman es el cierre del colegio y por lo tanto tener el día libre para hacer lo que le de la gana. Cuando finalmente se confirma el cierre del colegio, los niños aprovechan para salir a jugar a la calle y montarse su particular historia de fantasía y reinos al más puro estilo Juego de Tronos.

La vara de la verdad y Retaguardia en Peligro eran dos RPGs por turnos que se colaban entre lo mejor y más original de la generación, quizás por eso sorprende mucho la decisión tomada con Snow Day! que en lugar de seguir la misma linea de los anteriores juegos, lo que hace es pasar a ser un battle arena centrado en el multijugador. Cuando se anunció el juego pilló por sorpresa a todos los usuarios que hubiesen preferido otro título que siguiese el mismo esquema de RPG clásico, pero no nos vamos a poner a teorizar con los «what if…» y vamos a centrarnos en el producto que tenemos entre manos.

A las órdenes del mago Cartman, tomamos el control de «le niñe nueve», es decir, nuestro propio personaje creado con el editor del juego y que pronto se unirá al resto de niñes nueve para combatir y conquistar los reinos vecinos. A pesar de estar casi enteramente centrado en el multijugador, Snow Day! cuenta con un modo historia de 5 capítulos en el que tendremos que ir avanzando en la trama de la tormenta de nieve y derrotando al resto de niños que la pandilla, los cuales se han erigido como los líderes de los distintos reinos y debemos derrotarlos para acabar con su dominio.

Después de la intro animada que nos pone en contexto y utiliza la misma técnica de animación que la serie, aparecemos directamente en el tutorial que nos enseñará todos los movimientos básicos y mecánicas jugables que podremos utilizar a lo largo de la partida. El manejo es bastante básico: Tenemos un botón de ataque cuerpo a cuerpo, otro para saltar, otro para esquivar, otro de armas a larga distancia y otros dos botones para las habilidades especiales. Y con eso ya tenemos todo lo necesario para comenzar a jugar y enfrentarnos a las oleadas de enemigos.

Ya metiéndonos de lleno en la jugabilidad, cada capítulo del modo historia nos lleva a diferentes localizaciones de la serie en las que tendremos que abrirnos paso a través de oleadas de enemigos para llegar al jefe final del nivel, el cual suele ser alguno de los miembros de la pandilla de Cartman. Desde el hub principal que sirve como base tendremos acceso a diferentes secciones como por ejemplo la tienda tanto de armas y poderes como de cosméticos, el menú de matchmaking y la mesa de juego desde la que elegiremos la misión.

Antes de comenzar cada misión, habrá que elegir las cartas y potenciadores que queremos utilizar, aunque el rival también elegirá las suyas acorde a las que elijamos para intentar contrarrestar su efecto. El tema de las cartas añade cierto componente roguelite a cada partida, ya que tendremos que seleccionar la carta que queramos de entre tres posibles, las cuales se generan al azar y desaparecerán una vez acabemos el nivel. A medida que vayamos acumulando cartas, más poderoso será nuestro personaje, y más aun si tenemos en cuenta que podemos upgradear cada carta si pagamos cierta cantidad de papel higiénico -que sirve como moneda en este juego-.

Una vez metidos ya en lo que es el núcleo jugable, cada misión -o raid, si queremos llamarla así- se divide en varias zonas interconectadas y en cada una de ellas habrá que cumplir alguna tarea específica, la mayoría de veces consistente en acabar con todos los enemigos, defender la zona o encontrar objetos que nos ayuden a avanzar. No será tarea fácil pues cumplir una misión desde el principio hasta el final nos puede llevar alrededor de una hora.

En cuanto a la jugabilidad en sí, está bien a secas. Nos tendremos que mover en entornos tridimensionales atacando a los enemigos que nos salgan, los cuales son de diferente tipos entre los que se encuentran los esbirros que atacan cuerpo a cuerpo, los que se protegen con un escudo e incluso los magos que castean hechizos. Y si bien los controles responden acertadamente, en ocasiones los combates se hacen algo caóticos y fallaremos muchos golpes debido a que los enemigos no paran de moverse. A eso además hay que sumarle que tampoco tenemos botón de autofijado, por lo que cuesta todavía más acertarles y acabar con ellos nada más que se empiezan a mover un mínimo.

A pesar de su mecánica roguelite, no todo se queda en manos del azar. Al ir avanzando en el juego y derrotando enemigos conseguiremos puntos de materia oscura, los cuales nos servirán para desbloquear mejoras en el árbol de habilidades de nuestro personaje. El encargado de esto es un viejo conocido de la serie, el señor mojón, el cual nos da acceso a todas estas mejoras que harán que el juego no sea un constante repetir y morir sin más, sino que tendremos progresión con nuestro personaje para que cada vez nos resulte más fácil avanzar.

Sin embargo, en la parte de roleo se queda bastante cojo ya que no hay clases como tal, es decir que no podremos elegir ser healer ni tanque ni mago, sino que cada jugador podrá ser todo a la vez. Gracias al equipamiento, ya sean armas o cartas, será posible hacer builds un poco locas pero que al final todas se acaban pareciendo entre sí, pues por ejemplo podremos equiparnos dagas para atacar cuerpo a cuerpo, un bastón de mago para ataques a distancia y una carta de invocar un totem de curación. Al final la escasa variedad de equipamiento hace que todos los jugadores acaben teniendo prácticamente los mismos poderes, por lo que el resultado final del combate se termina decidiendo más bien por fuerza bruta que por estrategia.

Decíamos antes que estamos ante un título enfocado en su totalidad al modo multijugador pero no es cierto, o más bien es una verdad a medias. El juego se juega siempre en modo cooperativo y eso no cambia, sin embargo si no encontramos jugadores humanos éstos serán sustituidos por bots que nos ayudarán en su lugar. A pesar de que este análisis se ha hecho antes del lanzamiento y por lo tanto los servidores multijugador no estaban habilitados, fuimos invitados a probar el network test y jugar un par de partidas con jugadores reales, lo cual es totalmente recomendable ya que la experiencia cambia bastante respecto a jugar con bots.

Pero no todo es alegría y color en el título, aparte de lo ya mencionado hay una serie de defectos que empañan la experiencia. Quizás el que más me ha fastidiado es que la muerte de los cuatro miembros de nuestro grupo supone el game over definitivo y nos lleva directamente a la base, y es muy frustrante  morir cuando llevamos una hora de juego -que como ya digo es lo que suele durar cada nivel- y tener que comenzar desde el principio repitiendo todo. Otro de los elementos más discordantes quizás sea el futuro a largo plazo, ya que contamos con 5 misiones en total y una vez acabadas ya no hay más objetivos más que mejorar nuestro personaje al máximo. Tampoco tenemos modo competitivo que nos haga enfrentarnos a otros jugadores -o al menos no está anunciado por ahora- y por lo tanto se reduce la vida útil del juego.

Gráficamente también se nota el bajón, pues viniendo de los anteriores juegos que prácticamente eran capítulos de la serie jugables, ahora pasamos a modelados 3D que aunque respetan el estilo visual de la serie son poco llamativos y no destacan demasiado. En cuanto al audio, contamos con todas las voces originales de los personajes en inglés y textos en castellano con una traducción bastante bien adaptada al tono maleducado de la serie, aunque también contamos con doblaje al español, pero al español latino, por lo que los fans de Sudamérica pueden estar bien contentos.

Lo cierto es que no esperaba demasiado de South Park: Snow Day! y me ha acabado sorprendiendo para bien, aunque sin ser ninguna maravilla. Se trata de un juego divertido y desafiante cuyo mayor pecado es la falta de más contenido y modos de juego, aunque nos dará para varias horas de diversión con amigos. El tiempo dirá si tiene un recorrido mayor o acaba cayendo en el lleno cajón del olvido.