Hace algo más de dos años aparecía en Steam la versión final de Factorio después de cuatro años en Early Access. Sin duda ese largo periodo mereció la pena y Factorio resultó ser un éxito de ventas y crítica muy atípico, no por la calidad, que tiene de sobra, sino por el extraño concepto que manejamos, y es que podríamos definir a Factorio como un «simulador de procesos y cadenas de producción». El estudio checo Wube Software creó un juego sobresaliente y ahora ha llegado a Nintendo Switch con una versión que incluye todo el contenido de la versión de PC, salvo la opción de mods, ya que no lo permite la consola de Nintendo.
En Factorio nos vemos atrapados en un planeta extraterrestre, tras estrellarse nuestra nave contra él. Donde cualquiera se rendiría ante la adversidad y esperaría sentado su muerte o intentaría sobrevivir sin más, nuestro audaz protagonista se marca un objetivo claro: volver a casa. Pero esta empresa no es una tarea fácil. Se halla en un planeta sin vida inteligente donde construir una nave espacial no es un trabajo que se haga rápidamente. Por suerte, los recursos están ahí, solo hará falta combinarlos en el orden adecuado.
Empezaremos recolectando recursos manualmente, ya sea picando minerales o cortando árboles, como en un juego de crafteo cualquiera, pero pronto veremos que eso no es suficiente. Y es que en Factorio todo se puede automatizar. Donde primero estaremos picando a mano veremos como poco después tenemos un buen número de máquinas excavadoras para obtener hierro o cobre en grandes cantidades. Donde antes íbamos construyendo placas electrónicas a mano, ahora tendremos una fábrica ensambladora que lo haga por nosotros.
Todo alimentado por carbón primero, luego pasaremos a la energía hidroeléctrica o solar. Vapor, petróleo… conforme vaya pasando el tiempo de partida, iremos alimentando -o no- de suministro energético nuestros insertadores. Estos a su vez se dedicarán a mover elementos, ya sean crudos o artificiales, entre los distintos elementos de nuestra fábrica y las líneas, que los transportarán de un lado a otro. Tras un tiempo, parte de estas líneas se transformarán en vías ferroviarias, donde uno o varios trenes ampliarán las posibilidades de transporte de materiales por el mapa.
Esa sensación de progreso es uno de los elementos que hacen tan bueno a Factorio. En el juego la sensación de progreso es constante, donde primero tenemos líneas de producción más básicas, luego tenemos líneas de producción más rápidas. Ahora separadores, ahora insertadores eléctricos. Hasta la propia acción de investigación se realiza mediante líneas de producción y se puede automatizar y optimizar.
Otra cosa destacable de Factorio, quizá lo que más, es el concepto de optimización. Crearemos las líneas, pero probablemente al principio será una automatización poco eficiente. Demasiadas vueltas por el mapa, mala posición del cableado eléctrico… por una cosa o por otra, nuestra producción siempre irá más lenta de lo que podría ir. Y aquí está la verdadera maestría del juego, lo que hará que nos mantengamos enganchados horas y horas. La optimización perfecta es la piedra angular y el máximo objetivo real a conseguir.
Pero no todo será fácil en nuestro mundo extraterrestre, ya que a la fauna autóctona no les hará gracia que llegue un visitante del espacio a contaminar su planeta. Y, mientras nosotros subimos el nivel de polución con nuestras fábricas, ellos no dudarán en atacarnos e intentar destruir nuestras construcciones o a nosotros mismos. Por suerte, tendremos la opción de construir defensas. Por lo que podremos aprovisionarnos de armas y armaduras para nuestro personaje, o de construcciones defensivas, como torretas o muros, para nuestras fábricas. Aunque siempre podemos pasar a la ofensiva e ir a destrozar sus nidos y conseguir que nos dejen en paz.
El modo de juego principal es un Modo Libre donde los mapas serán generados procedimentalmente, pero podremos cambiar parámetros para hacerlos más grandes, más pequeños, o añadir más o menos recursos. La personalización de los mapas es altísima, y podremos controlar la partida que queramos con multitud de estos parámetros, de forma que tanto los que quieran una experiencia más relajada, como los que quieran un nivel alto de dificultad puedan sentir que el juego se adapta a ellos.
Además del Modo Libre, el juego incorpora algunos escenarios, que serán minimapas predefinidos que serán más parecidos a puzles de optimización que a mecánica de supervivencia. Defender ciertos edificios, mapas con extrañas particularidades, o simplemente resolver cierta falta de optimización en alguna cadena de producción, hará que nos estrujemos la cabeza, con niveles de dificultad creciente. Es una forma de alargar la vida del juego -si eso es posible- ofreciendo una visión distinta de las mecánicas, siendo estas las mismas que hacen al juego tan bueno, añadiendo variedad al conjunto.
Factorio también nos trae un Modo Multijugador cooperativo, ya sea en local u online donde podremos jugar con un amigo que nos ayudará en nuestra empresa de salir al espacio. Nos servirán nuestras propias partidas guardadas, por lo que podrá entrar otro jugador a nuestro mapa, salir, y seguir nosotros con él. Si queremos tener una partida guardada solo para multijugador, podemos, y si queremos ir alternando entre un jugador y dos jugadores, también podemos. De nuevo, Factorio se adapta a lo que quiera o necesite el jugador. Además la versión de Switch tiene juego cruzado con la versión de PC, y podremos jugar y guardar los mapas creados en dicha plataforma.
Aunque pueda parecer demasiado complejo para el jugador novel, Factorio cuenta con un excelente tutorial -de varias horas de duración-, que ofrecerá distintos niveles relativamente guiados para que vayamos conociendo su jugabilidad, sus distintas sinergias, y acostumbrándonos a ellas. Se nota un interés por hacer que el jugador no se sienta excesivamente perdido en sus primeras horas de toma de contacto con el juego. Completa la oferta de modos de juego un Editor de Mapas para que podamos crear nuestros propios mapas a los que podremos jugar nosotros mismos o en multijugador.
Sin duda esta versión para Nintendo Switch es una gran versión, y bastante sólida en cuanto a rendimiento, aunque también tiene algún problemilla menor, como las ventanas emergentes hereradas de la versión PC que pueden restar visibilidad, el tiempo de carga inicial que es bastante largo, y por supuesto la desaparición del soporte para mods. El control con mando tampoco es tan preciso como con ratón, pero esto es una obviedad y nos iremos acostumbrando. Por lo demás Factorio sigue siendo un juego sobresaliente en Nintendo Switch y si os gusta lo que habéis leído, haceros con él, tendréis un juego que os podrá dar muchas decenas de horas. Frederick Taylor y Henry Ford estarían orgullosos de Wube Software.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Wube Software