El género farming está cogiendo bastante fuerza últimamente, títulos como Stardew Valley o My time at Portia han ayudado a que este tipo de juegos se encuentren entre los más jugados. Ahora, el estudio ruso Lazy bear games nos trae Graveyard Keeper, la versión macabra de los simuladores de granja.

Graveyard Keeper nos pone en la piel de El guardián, un hombre de la era actual de nombre desconocido que un día es atropellado por un coche y muere. Misteriosamente, en lugar de ir al más allá, reaparece en algún lugar de la época medieval y allí le encargan la misión de convertirse en el nuevo encargado del cementerio. Con la ayuda de una calavera parlante llamada Gerry y la de los lugareños de la región, le tocará buscar respuestas sobre ese extraño suceso y buscar la forma de volver a casa.

Mediante este disparatado argumento, nos encontramos con un simulador de gestión bastante potente y original. Lazy bear games adquirió una gran experiencia en este tipo de juegos tras su ópera prima, el excelente Punch club, y han querido potenciarlo en todos sus aspectos en este nuevo juego.

Como hemos dicho, en este juego se nos encarga la misión de convertirnos en el nuevo encargado del cementerio local. Nuestra tarea será recoger los cadáveres que vayan llegando, hacerles la autopsia -si es necesario- para mejorar su estética y luego ofrecerles un entierro digno. O en su defecto, podemos ignorar todo esto y convertirnos en un auténtico carnicero capaz de descuartizar los cuerpos y deshacernos de ellos en la hoguera o lanzándolos al rio.

¿Y los órganos extraídos? bueno…….digamos que los muertos ya no los van a necesitar, así que podemos darles otro uso. Aunque suene tan absurdo como macabro, se nos ofrece la posibilidad de usar los órganos de los cuerpos en nuestro propio beneficio. Podemos cocinar la carne humana para preparar «deliciosas» recetas, convertir la piel en pergaminos donde poder escribir historias o incluso vendérselos a los comerciantes para sacarnos un dinerillo extra.

Esta dualidad de bien/mal es uno de los planteamientos más interesantes, ya que no hay consecuencias por nuestras decisiones más allá de cómo nos sintamos nosotros mismos como jugador al hacer ese tipo de cosas. En bastantes ocasiones nos beneficiará más convertirnos en un sádico que en un buen samaritano, puede ser duro pero a veces es la mejor forma de avanzar.

El apartado gráfico es espectacular, con un pixel-art precioso y animaciones bastante trabajadas. Es una gozada ver todo un campo de trigo mecido por el viento o el discurrir del agua del río. De los mejores diseños que se han podido ver en juegos de aspecto pixelado en los últimos años. Todo esto además se ve mejorado por los diferentes efectos, gracias al clima dinámico podremos ver como de repente empieza a llover o se llena todo de niebla mañanera. La iluminación también merece una mención especial, con un sistema de luces y sombras increíble para un juego de este tipo. La verdad es que no se le puede reprochar absolutamente nada en lo referente a lo visual.

El mundo de Graveyard Keeper es un mundo vivo, con diferentes entornos que van desde montañas hasta terrenos pantanosos. Sus habitantes -cada cual más curioso que el anterior- tienen sus rutinas diarias y van y vienen todo el tiempo. Contamos con un ciclo de tiempo semanal donde cada uno de los siete días tiene sus propios eventos y npcs que aparecen. Lo cierto es que el paso del tiempo está demasiado acelerado, cada día dura unos pocos minutos en tiempo real y además nuestro personaje no puede correr, solo caminar. A causa de eso, tendremos que estar constantemente controlando el tiempo para llegar a todo lo que queramos hacer un día o deberemos esperar hasta la semana siguiente, lo cual es bastante frustrante a veces.

El sistema de crafteo es bastante completo, pronto no solo tendremos que encargarnos del cementerio, sino también del jardín de nuestra vivienda o de la iglesia local. Para ello tenemos un extenso árbol de habilidades con diferentes apartados que iremos desbloqueando poco a poco utilizando puntos que conseguiremos al recolectar materia prima. Muchos de estos recursos los necesitaremos para cumplir las exigentes condiciones de los npcs.

Ya desde el mismo inicio, estos npcs que comentamos nos abrumarán encargándonos tareas y materiales que no vamos a poder conseguir hasta dentro varias horas de juego, además de que el tutorial inicial no explica más de lo estrictamente necesario. Esto hace que las primeras horas nos sintamos bastante perdidos y desorientados, cosa bastante fuera de lugar en un juego tan profundo como este. Tampoco contamos con ninguna guía -o enciclopedia más bien- que poder consultar para saber dónde obtener las materias primas o las fórmulas necesarias para crear elementos. Por ejemplo, si queremos arreglar un puente y no nos acordamos de los materiales que necesitamos, tendremos que pegarnos un paseo hasta allí para poder verlo en persona.

Otra de las peores decisiones de diseño es referente a la energía. El personaje cuenta con una barra de energía o cansancio que se va agotando con nuestras acciones, sin embargo esta no se recupera con el tiempo, las únicas opciones para recuperarla son dormir -con el consiguiente paso del tiempo y pérdida de eventos- o consumir objetos que no recuperan apenas nada y son medianamente difíciles de conseguir. Dicha barra se agota muy rápidamente, las acciones consumen mucha energía y solamente nos dará tiempo a 3-5 acciones por día -entendemos por acciones cosas como talar un árbol o picar una roca-, los objetos tampoco recuperan mucha cantidad por lo que la opción más viable meterse en la cama. Por lo tanto, si tenemos algún proyecto de duración considerable que requiera mucha materia prima, es habitual pasarse semanas cerca de casa yendo constantemente a la cama. Puede llegar a desesperar bastante, especialmente en las primeras horas de juego.

En el apartado sonoro nos encontramos con bellas y relajantes melodías, la mayoría de temática medieval, que harán más amena nuestra estancia por la región. A pesar de la ausencia de voces -que se limitan a los habituales mimimi- el juego incluye selector de idiomas para los textos, entre ellos el castellano. En ocasiones nos encontraremos palabras sin traducir o mal escritas, pero aún con todo se agradece el poder disfrutar del juego en nuestro idioma.

En definitiva, Graveyard Keeper tiene potencial para convertirse en uno de los referentes del género, con un apartado gráfico impresionante y un sistema de progresión y crafteo muy elaborado. Juegan en su contra algunas decisiones de diseño que no entendemos, pero esperamos que tomen nota y lo solucionen mediante futuras actualizaciones.  Aún con todo, se convierte en una compra muy recomendable que nos dará muchas horas de entretenimiento.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Tinybuild