Tengo que admitir que cuando conocí la existencia de este juego, sin indagar en sus mecánicas, y guiándome por un vídeo, pensé en que me encontraba con otro juego-experiencia como por ejemplo Journey, donde debíamos explorar un planeta sin vida, y sentir la soledad de nuestro astronauta, con un misterio (el del pueblo soviético) como hilo conductor de un argumento testimonial que nos hiciera seguir disfrutando, experimentando, y avanzando. Pero nada más lejos de la verdad, Lifeless Planet tiene un poco de muchos, y mucho de nada, se queda a medio camino de todo lo que intenta, y al final ese hilo conductor argumental es casi lo único que nos hace seguir adelante, y eso no es necesariamente bueno.

Dejando claro que el juego no es una experiencia o walking simulator, aunque lo intenta en algunas cosas, ni un plataformas, aunque lo intenta en otras, ni un puzle, aunque vuelve a intentarlo, quizá lo más correcto sería calificarlo de aventura, aunque intentando tocar muchos palos distintos, y quizá esta falta de identidad propia es la que acaba pasándole factura al juego, pues aunque sea loable que fuera desarrollado por un estudio tan pequeño de Seattle, Stage 2 Studios, el juego acaba repitiendo mecánicas más veces de las necesarias en las cerca de 5 horas que nos puede durar el juego. Por suerte, un argumento lleno de misterio y a priori interesante, nos hará que sigamos jugando aunque sea para saber el por qué de nuestros hallazgos:

Tras un aterrizaje complicado, el astronauta descubre que la superficie es un auténtico yermo, a pesar de que los informes aseguraban que el planeta contaba con múltiples formas de vida. Cuando parte en busca del resto de la tripulación, hace un descubrimiento increíble: ¡los humanos habitaron el planeta hace muchos años! Al llegar a un aldea soviética abandonada, empieza a cuestionarse la misión. ¿Es posible que el viaje a la velocidad de la luz le haya hecho viajar en el tiempo? ¿O se trata de un engaño de la guerra fría?

Así pues, nuestro astronauta se encuentra solo en un planeta inhóspito y carente de vida, nos acabamos de estrellar, no nos encontramos del todo bien, y nuestra tripulación ha desaparecido, y para complicar las cosas un poco más, no estamos donde deberíamos estar, porque supuestamente viajábamos a un planeta con vida, abundante en flora y fauna, y sin embargo nos encontramos en un yermo. Pronto comprobaremos las mecánicas básicas, como el salto y el posterior empuje si usamos el jet-pack limitado que llevamos a nuestra espalda. Más adelante aprenderemos sobre el uso del brazo mecánico. El caso es que la aventura de soledad y exploración pronto se convierte en un avance lineal sin ningún aliciente a explorar o perderse, ya que lo único que consigues es perder tiempo, y ni siquiera funciona siempre como entretenimiento contemplativo, porque muchas veces veremos yermo y más yermo carente de vida, aunque hay que admitir que otras veces si nos encontraremos atrapados por alguna vista o paisaje, que al menos nos hará el avance más interesante.

Al poco de avanzar y después de una sección de saltos para familiarizarnos con el jet-pack, nos daremos de bruces con el mayor misterio del juego, un pueblo soviético de la época de la guerra fría, en ese planeta inhóspito y presuntamente sin colonizar. Aunque en principio pensaremos que todo es una broma, esto será el gran hilo conductor que nos acompañará el resto de la aventura, y gracias a él avanzaremos en el juego, a pesar de preguntarnos más de una vez por qué estamos jugando.

Y es que el gran problema de Lifeless Planet es que aunque no llega a ser un juego fallido, si que tiene margen de mejora en el planteamiento jugable, en sus mecánicas, en los puzles, que acaban de pecar de simples y repetitivos. Como elemento positivo, hay cierta variedad en las secciones plataformeras donde a veces contaremos con un jet-pack mejorado que nos permitirá un plataformeo más dinámico y divertido, y por supuesto el arco argumental, que extrañamente nos mantendrá atentos hasta el final, aunque sea por entender donde estamos y que esta pasando.

En el apartado técnico no nos encontramos ninguna sorpresa, el juego luce igual que en 2014 cuando fue lanzado en Steam, es correcto, haciendo buen uso del motor Unity, y suficiente en su calidad para un estudio tan pequeño y su limitado presupuesto. Obviamente las texturas se resienten aunque cumplen con suficiencia, y quizá se vean afectadas por el plano artístico, porque al principio todo será demasiado marrón, inerte, monocromo, haciendo honor al yermo sin vida que este planeta representa, aunque posteriormente si que visitaremos entornos más diferenciados e interesantes.

En el apartado sonoro poco que decir, una música que acompaña sin alardes y unos efectos de sonido correctos, suficiente pero no brillante, como el resto del juego.

No quiero ser injusto, mis expectativas por lo que el trailer del juego parecía mostrar, eran las de un juego contemplativo con un avance basado en su belleza y sensaciones, y es cierto que lo intenta, por momentos intenta trasmitirte soledad, preocupación, enfado, temor, pero no acaba de conectar con el jugador, no de la forma deseable, porque pronto estaremos repitiendo la enésima sección de plataformas, buscando la enésima fuente de aire (que debemos recargar si no queremos morir) y con unos puzles demasiado parecidos y sin un reto real, por lo que en lugar de esas sensaciones que el juego quiere ofrecernos, conoceremos el tedio de un desarrollo que se me antoja previsible, si bien la narrativa del hilo conductor del argumento tirará del carro y salvará los muebles para que sigamos jugando hasta el final.

También es justo decir que por momentos el juego consigue lo que se propone, en algunos momentos nos veremos sorprendidos por un nuevo y bello paraje o un nuevo puzle con una novedosa mecánica de resolución, y llegaremos a conectar con el juego, aunque sea brevemente.

Lifeless Planet se encuentra disponible en Steam y OS X desde 2014, Xbox One desde 2015, Playstation 4 desde 2016 y hoy nos llega a Nintendo Switch por 14.99€, quizá un precio poco ajustado para lo que se ofrece, pero si eres amante de la ciencia ficción,  si te llama la atención su propuesta, y no te importa tanto ciertas mecánicas repetitivas, puedes llegar a disfrutar bastante este juego.

 


Este análisis ha sido realizado con una copia cedida por Serenity Forge