El universo de Warhammer 40.000 está de enhorabuena. Muy de vez en cuando sale un título del mismo que pueda celebrarse, y Mechanicus es uno de ellos. Con el sistema que usa Games Workshop para la venta de sus propiedades intelectuales (separar en paquetes, en vez de comprar todo en el mismo) los juegos de Warhammer Fantasy y 40.000 han sido muy abundantes; quizá demasiado. Los hemos tenido de todos los géneros, y Warhammer 40.000 Mechanicus explora uno que ya se ha visto antes, pero con mucho acierto también. Quizás por ello no sea imprescindible, pero si eres un adorador de Omnissiah estoy seguro de que este título te agradará.

Warhammer 40.000: Mechanicus (a partir de ahora simplemente Mechanicus) es un juego que usa la exploración de Darkest Dungeon con los combates de Xcom, dando lugar a un cóctel de lo más interesante, que se consigue desmarcar lo suficiente de otros juegos del mismo género (pues los hay y bastante buenos) y logra ofrecer un producto diferenciado. Esto se potencia aún mas con la inclusión de los seguidores de Omnissiah. El Mechanicus es una raza jugable que no se había visto antes, ya que hace años no existía en la versión de sobremesa. Aunque su fanatismo por el Emperador no es muy distinta a la de otras razas que si hemos visto, aportan un toque de color muy necesario.

Por otra parte, los enemigos son los muy odiados Necrones. No son nuevos en lo referente a Warhammer 40.000 los hemos visto  decenas de veces, e incluso hemos jugado con ellos. Los Necrones usarán una enorme variedad de unidades, que los más veteranos del juego de mesa reconocerán. Los enemigos son uno de los puntos fuertes del título, pero a la larga se hacen demasiado repetitivos, y tampoco nos suponen un gran problema.

Porque la dificultad es sin duda uno de los principales problemas de Mechanicus; aunque al comienzo orienté mal las misiones, rápidamente me di cuenta de la estructura de las mismas, y empecé a ganar sin problema. Lo más importante es desbloquear nuevas unidades lo más rápido posible. Una vez tenemos al menos cuatro magos (así es como se llaman las unidades principales) ya podemos plantar cara prácticamente a cualquier grupo de enemigos. Los magos podremos mejorarlos con el tiempo de varias formas. Primero, con objetos que vayamos consiguiendo en las misiones: armas y utensilios de todo tipo que nos harán la vida más fácil. Segundo, con unas ramas de habilidades (hasta cinco distintas) para mejorar aún más a los magos. Con estas habilidades también desbloqueamos partes del cuerpo, que nos proporcionan aún más mejores.

Además de desbloquear unidades principales, también podemos usar servidores y unidades secundarias para llevar a cabo nuestros planes. Algunas de las unidades cuestan dinero pero otras no. Los servidores son útiles al comienzo del juego, pero luego pasan a segundo plano, e incluso  hay veces que no merece la pena ni usarlos. Merece más la pena ahorrar la moneda del juego para mejorar más a nuestros magos (pues la moneda es compartida). Casi al final del juego desbloqueamos las unidades grandes, y aunque sus ataques en área sí que merecen la pena, en ese momento nuestras unidades principales están tan mejoradas que prácticamente no merece la pena usar otra cosa.

Las misiones son demasiado repetitivas, y todas tienen un patrón demasiado parecido. En algunas debemos matar a todos los enemigos, en otro mover a todas las unidades al lugar estipulado, y en otra activar unas consolas que harán aparecer partes del mapa. Con esto entramos en otro problema del título; los escenarios. Mapas con sentido pero demasiado pequeños, y que a la larga se repiten. Vamos desbloqueando zonas distintas en el juego, pero todo es visualmente demasiado parecido.

Uno de los puntos fuertes del título son los combates contra los jefes. Son distintos, con mecánicas que difieren respecto a una escaramuza normal. Los combates contra jefes son los que de verdad pondrán a prueba tus habilidades manejando a los magos, y el título se beneficiaría de que hubiera más. El combate final es aún más espectacular. Si no has matado a alguno de los jefes de alguna de las otras zonas, tendremos que ocuparnos de el en un larguísimo combate final (aunque de uno en uno, no todo a la vez). Una mecánica bastante interesante.

Visualmente es un título que da la talla. Los modelados tanto de los Necrones como del Mechanicus tienen un nivel bastante bueno. Los escenarios están también bastante detallados, con efectos visuales simples pero efectivos. La repetición visual cansa un poco a la larga, y la variedad de escenarios y personajes es simplemente insuficiente. Con solo dos ejércitos y un solo planeta, es normal que en pocas horas la repetición haga mella en el jugador.

En resumen, Mechanicus es un juego de estrategia por turnos muy competente. Las mecánicas de combate funcionan bastante bien, y la exploración le dota de una variedad más que necesaria. Sin embargo, se trata de un título demasiado fácil, que solamente ofrece verdadero reto las primeras horas de juego. Después de las diez horas después nos enfrentaremos otra vez al enésimo mismo enemigos en la misma zona. Si hubieran conseguido reparar eso, el resultado final hubiera sido mucho más redondo.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Kasedo Games