Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por PLAION

¡Bienvenidos al festival más bestia de la Costa Oeste! Dead Island 2: SoLA es la segunda expansión del bienlogrado juego que tanto nos sorprendió el año pasado. Con ese espíritu loco y desenfrenado que nos llevó a ser expertos matazombis, subimos un peldaño en este loco mundo que nos propuso tan alegremente Danbuster Studios, usando como motivo un evento musical en una historia paranoide y esquizofrénica. Una excusa para volver a soltar adrenalina en un nuevo escenario general repleto de contenido y a reventar de no muertos.

Como resumen rápido, Dead Island 2 ha sido un juego por el que nadie daba dos reales, y terminó resultando en una producción de bandera hace justo un año. Estamos en un juego de acción ¡Muchísima acción! En primera persona, con un fortísimo componente RPG, salpimentado además con un multijugador en línea para compartir el solaz de la masacre multitudinaria de zombis. No es que haya que extenderse mucho, pues esa segunda expansión, al igual que la anterior, la también muy loca HAUS, requiere del juego base. Con lo que cualquier jugador sabe bien lo que el juego ofrece. Para quien no, que eche un vistazo a las dos entradas que mi compañero dedicó.

En Dead Island 2: SoLA lo primero a saber es que es contenido preparado para jugadores bastante avanzados, recomendándose un nivel de personaje de 24, y que se desbloquea en un punto avanzado de la historia. De hecho, se estructura en tres actos, desbloqueándose el tercero en un punto donde la historia general nos va descubriendo que narices ha pasado con esta nueva invasión zombi en Los Infiernos, antes conocida como la ciudad de Los Ángeles.

Y la historia… bueno, yo la cuento, ¿eh? Resulta que llegamos a este festival atraídos por una comunicación muy rara. Algo tremendo y terrible ha pasado, decenas de miles de muertos… que ahora ya no lo están. Es normal, un apocalipsis zombi y cantidades ingentes de personas reunidas en un punto. Pues conocemos a una alegre hippy, Grace, que nos dice algo de que hay ADN alienígena implantado por el gobierno… o algo así. No es que estemos ante la imagen de la cordura y la salud mental.

Pero lo cierto es que algo gordo pasa con el sonido del festival. Algo, el ‘ritmo’, ha alterado a los ya de por si alterados zombis. Durante la misión iremos investigando que narices pasa en los diferentes escenarios, con sistemas de altavoces de cristal que están afectando a los seres putrefactos que pueblan las diferentes estancias que componen el SoLA ¡Vamos a investigarlo!

Se supone que estos DLCs vienen a complementar el cliffhanger con el que termina la historia del juego base. Pero la verdad sea dicha es que son, sobre todo, nuevos patios de juego donde dar rienda suelta a nuestras ansias de acción cerril y descerebrada, sin olvidar que estamos ante una aventura que también nos pedirá exploración e investigación.

Los ganchos fáciles de este tipo de expansiones suelen ser el añadir contenido como algún arma nueva fabricable, o nuevos tipos de zombis especiales. El primero, la ‘intestinadora’, no tardaremos mucho en conocerla, y pondrá a prueba una de las claves del control y manejo de la acción de Dead Island 2, las esquivas controladas y el aturdimiento cuando las realizamos correctamente.

El verdadero aliciente de Dead Island 2 es recorrer un escenario de buen tamaño, compartimentado en diferentes áreas temáticas, como la zona indie, la ecologista, zonas de recreo… donde la historia es casi una excusa para alternar investigación en esos escenarios llenos de recovecos y verticalidad, donde buscar la manera de acceder a lugares a priori vetados. Estos momentos de Sherlock Holmes presentan tanto esparcimiento con pocos zombis, como sorpresas tiradas a la misma cara donde debemos reaccionar como jabatos.

Por supuesto, tendremos bastantes momentos de pura tangana. Para moverse por Dead Island 2 había que manejar no solo esa esquiva y aturdimiento, sino también las ejecuciones para recuperar vida -el autolevel de los enemigos hace que muramos fácilmente tanto a nivel 1 como al 30, esto es un juego de acción directa, hay que tenerlo presente-, las fortalezas de nuestro personaje, las cartas con habilidades y mejoras al subir nivel… así como los temas ‘elementales’ de nuestras armas y sus peculiaridades, como la forma en la que afectan a los zombis especiales.

Podemos hacer el ridículo más absoluto, o ser verdaderas picadoras de carne, dependiendo de como conozcamos las fortalezas de nuestro personaje. El control es bastante sencillo, pero dominar todos los factores que pone encima de la mesa el juego ya es otro cantar. El checkpoint del ventilador es puro éxtasis y desesperación, es adrenalina en su estado puro, como otros tantos.

Particularmente, he llevado un poco ‘de aquella manera’ cuando un checkpoint te pide repetir varios pasos, pero no te regenera los recursos que has perdido mientras los dabas. Las armas se desgastan y se pueden romper, y los botiquines que uses quedarán gastados cuando vuelvas a empezar. Pero Dead Island 2 no es un juego para nada difícil, y en esta expansión tampoco se pretende machacar al jugador, que como digo, para acceder a ella se nos pide bastante veteranía en el juego base.

Dead Island 2: SoLA ofrece bastante. Es más largo que HAUS, merced de ese gran escenario compartimentado, que además como te piques como servidor a intentar abrir todas las puertas, escudriñar todos los recovecos y encontrar todo lo que ofrece se te va por encima de las siete horas. Incluso alguien que quiera ir rápido tendrá que explorar y matar como un poseso.

No sé si la historia va a resolver los grandes interrogantes de la humanidad ni las incógnitas del juego, que cuando profundicemos en el tema de ‘el ritmo’. Encontramos nuevas situaciones para los zombis, algunas tremendamente surrealistas y todo lo que queramos añadir. Quedémonos con que Dead Island 2: SoLA es una expansión excelente que nos volverá a tener buenas horas explotando a nuestro personaje, y que podremos recorrer también a placer con más gente.