Gal Guardians: Demon Purge es otro agradecido exponente dentro del mundillo del neo retro. Pero además, una curiosidad por varios motivos concatenados. Inti Creates lleva casi treinta años especializándose en todo tipo de juegos 2D de acción y plataformas, aventuras con más backtracking o incluso, alguna cosilla ‘exótica’. Lo que aquí tenemos parece no ser el summun de la originalidad, y tampoco necesita serlo. Aún así, ya digo que aparecen algunas curiosidades en torno a él. Pero creo que lo primero es ver el muy prometedor tráiler preparado por sus responsables. -ACTUALIZACIÓN: Grim Guardians ha pasado a llamarse Gal Guardians, por eso el trailer está aún sin cambiar el título-.

Tras esto, tendremos unas cuantas ideas en mente, y prácticamente parecerá sobrar este análisis. No vayamos muy rápido, tomémonos un tiempo. Hace una mañana preciosa para hablar de retro ¿Verdad?

Primero, introducir aunque no sea de la forma que realmente merecen a Inti Creates. Un equipo nacido de una escisión de CAPCOM, como Treasure lo fue de Konami, en 1996. Firmarían su primer juego en 1998, Speed Power Gunbike, un híbrido de acción y velocidad, protagonizado por un robot transformazoide, en una japonesada muy chula publicada por Sony -cuando aún usaban el sello ‘Sony Music’ para publicar algunos juegos- que se quedaría en su país de origen.

Pero lo que puso a Inti Creates en el mapa fue la saga Mega Man Zero. En el enlace anterior tenéis buena cuenta por parte de mi compañero de lo que fue el tercer gran arco de la epopeya de los robots de CAPCOM, realizada por ex-trabajadores de esa casa irónicamente. Acción, plataformas, aventura, backtracking… metroidvanias cuando aún no se usaba mucho este término. Cuatro juegazos como resumen rápido.

Decenas de juegos forman el currículum de esta compañía, colaborando con grandes nombres durante todo este tiempo. Dentro de los más sonados, estaría aquella decepción que supuso el Mighty No. 9, donde Keiji Inafune trató de crear otro ‘Mega Man‘, en un buen juego pero con claras irregularidades. Y, como no, Koji Igarashi con su nuevo ‘igavania’ en forma de Bloodstained: Ritual of the Night. Pero Inti son una factoría de juegos, y los personajes de ambos juegos saldrán de diversas maneras, teniendo predominancia los juegos 2D de corte clásico, como los dos Bloodstained: Curse of the Moon, o la aparición de Miriam en Blasphemous.

Pero es que hay más, mucho más. De hecho, Beck, el protagonista de Mighty No. 9 aparecería con mejor fortuna en entregas de Gunvolt, saga que mutaría en Azure Striker, que también se mezclaría con la saga de rail shooters de loliwaifus Gal*Gun de esta misma casa. Y tenemos también por ahí las tres entregas de Blaster Master Zero. Creedme, es muy complicado ordenar en tan poco espacio semejante tifón de lanzamientos, poco se ha pasado Inti Creates por 33bits para todo lo que tiene.

Así que vamos a centrarnos en tres nombres: Castlevania, Mega Man, y esa saga de lolitas de instituto, Gal*Gun. De esta última, es de donde surge argumento y personajes para Gal Guardians: Demon Purge.

Textos en español y voces, muchas voces, en japones o inglés.

Quizás nos de la impresión de que la película está empezada por esto mismo, como pasaría en juegos como Touhou Luna Nights, por ejemplo, en un movimiento con semejanzas con este. El tratamiento de los personajes que aparecen aquí no es muy incisivo, al ser conocidos… bueno, para quien los conozca. Porque yo lo he hecho a raíz de acercarme a Gal Guardians. De todas formas, esto no es Dostoievski ni Jodorowsky, la historia y el papel de cada personaje se explica sin problemas. No será esto lo que nos quiebre el cerebro.

Las hermanas Kamizono son estudiantes de instituto, Shinobu la ‘onechan’ o hermana mayor, y Maya la más joven y tímida. Pero resulta que también son cazadoras de demonios en sus ratos libres, o cuando les tocan las narices. La demonia Kurona ha mordido el polvo alguna vez a sus manos, y un día explorando la academia demoníaca se encuentra un objeto de gran poder que convierte el instituto de las hermanas Kamizono en un horrendo castillo, tras un movimiento interdimensional que bla bla bla. Bueno, el caso es que hay que derrotar al mal, y de paso, rescatar a las pobres y desvalidas estudiantes desperdigadas en esa fortaleza.

Vais a escuchar mucho a las hermanitas. No callarán durante todo el juego.

Bien, un Castlevania cortado por el patrón de una historia sobrenatural de instituto, y reduciendo enormemente el picante de la franquicia de donde viene. Y con una gran particularidad, que ya habéis visto en el trailer, controlar a Shinobu y Maya alternativamente. Seguro que a muchos les ha venido justamente un igavania a la mente, Castlevania: Portrait of Ruin de Nintendo DS ¿Verdad? ¡Pues quitároslo de la testa! Porque en la entrega de la saga en la que hay que pensar al jugar a Gal Guardians es en Castlevania: Rondo of Blood.

Gal Guardians se sale del metroidvania más abierto en aras de una aventura con sabor arcade. Acción, habilidad y saltos en fases totalmente diferenciadas, y hasta con vidas limitadas -aunque podemos elegir un modo de dificultad sin este hándicap-, donde el backtracking sigue teniendo su importancia, pero queda totalmente desplazado por la acción y los reflejos.

Sinceramente me sorprendió mucho esto, como luego terminé encantándome de volver a tener un juego más clásico, donde el gestionar cada nivel y prestar celo a las vidas que te quedan sea la prioridad. No hay siquiera un mapa in game, solo vemos la estructura general de cada fase al terminarlas, y al usar los pilares para volver al comienzo de las que hayamos superado.

Dos en uno, juntas desde el principio hasta el final.

Y la gran baza de este arcade es esa cooperación entre ambas hermanas. Alternamos entre ellas usando los gatillos traseros del mando, y cada una tiene sus particularidades. Shinobu es la que más vida tiene, y usa nada menos que una uzi, recordando poderosamente al disparo de Zero en su saga magna, con munición limitada que deberá cargar para no quedarse vendida. La tímida Maya es la luchadora cuerpo a cuerpo del equipo, con menos vida que su hermana mayor, pero siendo muchísimo más fuerte.

Ambas tienen diferentes subarmas que vamos ampliando al ir pasando fases, y para cuyo uso limitado vamos rompiendo los usuales faroles y candelabros para reponerlas. Esas subarmas pueden estar totalmente enfocadas a la acción, pero también, a abrirnos caminos y rutas dentro de cada nivel. Estas bifurcaciones y el tener que explorar fases al completo es lo que nos lleva a aquel Castlevania antológico de PC-Engine. Solo que aquí las labores de rescate de personajes se amplían mucho más, y podemos conseguir además algunas mejoras para ambos personajes, como más balas para Shinobu, o algún preciado contenedor extra de vida para ambas.

Pixel-art 2D clásico, bonito y añejo.

Conviene explicar algo importante. La historia global nos pide dar dos vueltas al castillo. Tras la primera, como si de un Ghost’n Goblins se tratase, nos plantea que debemos recorrer de nuevo las fases para conseguir ciertas cosillas, así como seguir rescatando a las estudiantes que hayamos dejado detrás. Con esto, podemos sacar el verdadero final del juego, y hasta una lucha ‘algo especial’, aunque hay varios finales en función de nuestras acciones e inacciones. En esta segunda vuelta, podemos abrir más caminos, encontrar más items y estudiantes que en el primer recorrido.

Esto tiene su aquel, porque el diseño de la acción y las fases son lo bastante buenos como para recorrerlos varias veces, pero en esa estructura tan arcade, repetir y repetir puede restar un poco de interés. Gal Guardians es un juego sin duda divertido, pero no me parece el mejor diseño de niveles de la compañía para aguantar recorrerlos un buen número de veces, aunque los cambios en la segunda vuelta ayudan a ese interés.

«¡Onechaaaaaaaaaaaaaan!»

El componente cooperativo se lleva al extremo de que dos jugadores pueden controlar simultáneamente a Shinobu y Maya, de manera local. Esto crea unas sinergias muy curiosas, porque cuando hay que saltar grandes distancias usando alguna habilidad como el paraguas de Maya, el jugador que controle a Shinobu tendrá que subirse sobre ella.

Además tanto si jugamos solos o acompañados, al perder la barra de vida de una hermana, la otra puede revivirla. Si jugamos solos, tendremos que ir a buscar el cuerpo de nuestra hermana y reanimarla pulsando Y/triángulo repetidamente. Esto pasa hasta en los jefes finales, donde debemos buscar el momento para la reanimación. Por supuesto, jugando a dobles esto se realiza en tiempo real, frente a volver atrás. Si ambas caen, ya perdemos una vida. Luego recuperamos vidas adquiriendo puntos y matando enemigos. El revisitar fases, además de para conseguir cosas que antes no habíamos logrado alcanzar, sirve también para acumular más vidas poco a poco.

Que bien vendría aquí alguien con paraguas.

La parte cooperativa se completa con un súper-ataque donde ambas hermanas vacían su barra de poder en un impacto que si queremos usarlo contra los jefes tendremos que medirlo con tino.

Lo curioso de los jefes es que con este sistema mencionado, nos los podemos llegar a pasar a la primera. Oh sí, nos mataran, naturalmente. Pero si logramos levantar a nuestra hermana, el combate sigue con ambas. Si alguna cae de nuevo, vuelta a empezar, con la particularidad de que si hemos quitado una buena cantidad de vida al jefe, este no empezará el combate con su barra al completo. También resaltar que al vaciarla, nos harán alguna triquiñuela ¡Estad con la guardia muy alta!

Tenía que haber una torre del reloj. ‘Era inevitable’ que dijo Neo.

Gal Guardians no es un juego ni muy difícil ni muy largo, pero sí lo bastante en ambos aspectos como para estar atentos y prevenidos -salvo que elijamos tener vidas ilimitadas-, y no ser el simple arcade de dos o tres horas que nos hace pensar la primera vuelta, yéndose a unas seis-siete. O más si le damos bien al backtracking, dependerá de cada uno.

Algo que he agradecido muchísimo de ser tan clásico es que se haya optado por gráficos bitmap 2D de la vieja escuela, frente a usar un motor 3D que simule entornos 2D, como en el Bloodstained: Ritual of the Night. El juego presenta un aspecto 32-bits en fondos y sprites, aunque algunos diseños y animaciones se me hacen más vulgares o simples en contraste con otros. Aplicaría esté bello clasicismo visual y en el gameplay a la misma música, con algunas piezas de esas que te pegan al coco, aunque también, otras son más discretas. Pero el conjunto se siente tan solvente y divertido, como agradable y conocido para el viejoven fan de los juegos ‘de toda la vida’. Gal Guardians es una propuesta bastante interesante, sin necesidad de llevar el metroidvania muy lejos para afianzarla.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Inti Creates