En plena fiebre de revivals, regresos y reboots, muchas franquicias que se creían muertas y enterradas están volviendo a la vida. Ya hemos podido ver algunos ejemplos de esto con ToeJam & Earl, Streets of Rage o Alex Kidd. Ahora es el turno de otra de esas viejas glorias que regresan del pasado: Kao The Kangaroo, quien vuelve con una nueva entrega de la mano de sus creadores originales, Tate Multimedia.
Para quien no conozca este personaje, ahí va un poco de historia: veníamos de la generación de los 32 bits, en la que los juegos «de mascotas» estaban en pleno auge. Sagas como Crash Bandicoot, Spyro o Banjo-Kazooie habían dado importantes golpes sobre la mesa con su particular estilo de juego basado principalmente en coleccionables, así que evidentemente el resto de compañías querían su trozo del pastel. Al amparo de esta moda junto a muchas otras franquicias nació Kao The Kangaroo, un juego de plataformas tridimensional colorido y divertido que, si bien no era ninguna maravilla, tuvo una legión de seguidores bastante fiel que hizo que se publicaran hasta tres entregas principales y algún que otro spin off. Esta fama duró hasta que la moda de los juegos de plataformas se enfrió en favor de otros géneros más adultos como los shooters o los sandbox, y es que al tiempo que crecía el mercado del videojuego también lo hacían los propios jugadores, a los que les interesaban cada vez menos ese tipo de juegos, por lo que Kao cayó en el olvido….hasta hoy.
Esta nueva entrega de Kao The Kangaroo supone una especie de reboot de la saga, o más bien una reimaginación de la misma, algo que ya se nota desde el cambio del diseño del protagonista. El argumento nos muestra a Kaia, la hermana de Kao, siendo perseguida por un poderoso enemigo y siendo secuestrada, algo que Kao consigue ver a través de un sueño, por lo que decide partir en su busca y de paso encontrar a su padre, quien también lleva tiempo desaparecido.
Como cualquier otra entrega de la saga, lo que vamos a encontrar en este título es un plataformas puro al estilo 128 bits. Nuestra tarea será ir completando los diferentes niveles mientras exploramos los escenarios, combatimos enemigos y recogemos los pertinentes coleccionables. Cada mundo de los cuatro que componen el juego se conforma de una zona central semiabierta desde la que podremos acceder a cada uno de los niveles que lo componen, junto a una pelea contra un jefe final. No podremos acceder así sin más al nivel que queramos, para poder entrar en cada nivel necesitaremos cierta cantidad de runas que iremos encontrando en cada fase, de manera que el desarrollo y el orden en el que los jugaremos acaba siendo más bien guiado.
El desarrollo de cada nivel consiste en llegar desde el principio hasta el final, para lo cual tendremos que atravesar uno montón de obstáculos y peligros con nuestras habilidades plataformeras. Dentro de cada nivel tendremos que recoger una serie de coleccionables entre los que se incluyen monedas que nos permitirán comprar objetos y accesorios en las tiendas, las runas que nos servirán para acceder a los distintos niveles, las letras de la palabra KAO y algunos diamantes que la verdad es que no tienen utilidad alguna, entre otro tipo de coleccionables más.
Otro de los aspectos negativos es su dificultad y es que en general habrá poco reto tanto en el desarrollo de los niveles como en los combates. Es un juego destinado especialmente a los más pequeños y como tal no es demasiado exigente. Eso sí, eso no quiere decir que sea un paseo, ya que algunos de los coleccionables están muy bien ocultos y tendremos que explorar cada rincón y mover la cámara hacia todos lados para descubrir secretos.
Y en este punto toca alabar el talento de TATE Multimedia, los creadores de la franquicia y de esta nueva entrega, quienes han entendido perfectamente el concepto de «collecthaton» -como se les llama a este tipo de juegos basados en coleccionables-. Se notan los más de 20 años de experiencia y buena mano de la compañía en el género de los plataformas y nos ofrece un título con un buen ritmo en el que a lo largo de todo el juego iremos descubriendo nuevas mecánicas prácticamente hasta el último mundo. Todo ello sin ocultar sus principales inspiraciones, ya que se nota qué tipo de juegos toma como referencias -que no plagia-, de hecho en varias ocasiones diremos «esto se parece a lo que hacíamos en Crash Bandicoot» o «este nivel me recuerda a Spyro».
El control es realmente bueno, el mando responde bien y no tendremos problema alguno en realizar saltos precisos y combatir. De hecho, aunque he jugado con pad a la versión de PC de sobremesa, también me he atrevido a jugarlo en Steam Deck y el resultado es realmente bueno, pues el manejo sigue siendo muy cómodo y preciso. Es un juego que casi parece estar pensado especialmente para consolas portátiles como Steam Deck o Switch.
Pasando ya al apartado gráfico, todo luce realmente bonito con un estilo cartoon que añade una buena mejora gráfica respecto a los juegos originales pero sin sentirse visualmente recargado ni perder su esencia, además funcionando a 60 fps en todo momento sin despeinarse. A pesar de ello he sufrido una buena cantidad de glitches especialmente en las físicas y en scripts que no se inician, algo que hay que achacar al estar jugando a una versión temprana del título y seguramente todo se arregle con el habitual parche día 1, por lo que no es algo que en principio deba preocupar.
El sonido también cumple de sobra, con unas melodías animadas y pegadizas que se adaptan perfectamente a la temática de cada nivel. Las voces del doblaje -en inglés- son bastante buenas y en general tienen un buen nivel, aunque toca advertir de un pequeño bug a la hora de activar los subtítulos en castellano, pues parece ser que la opción de activar subtítulos está «invertida» en el menú de opciones debido a un error de traducción, por lo que si queremos activar los subtítulos en pantalla debemos marcar la opción de «subtítulos desactivados». Esperemos que solucionen esto en futuras actualizaciones.
La duración del juego puede rondar las 8 horas en una partida normal, hasta 10 si queremos completarlo todo, pero es cierto que el postgame es bastante decepcionante, ya que no se incluye nada nuevo. Cuando terminamos el juego no hay más que hacer, hubiese estado bien que se incluyesen desafíos adicionales o incluso un modo contrarreloj, pero no hemos tenido esa suerte.
Kao The Kangaroo no inventa la rueda ni consigue maravillar, pero se agradece mucho ver un juego de estas características en esta generación. Se trata de un juego que no solo yo agradezco que exista, sino que veo muy necesaria su salida en una época en la que este tipo de propuestas está decayendo cada vez más y se agradece volver a los orígenes. Si vivimos aquella época dorada de los 128 bits y nos apetece rememorar esas buenas sensaciones, es un juego que no podemos perdernos.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Renaissance PR