«¡Exprópiese! ¡Exprópiese!» decía de forma casi aleatoria aquel revolucionario tan venerado y a la vez tan odiado que quería convertir su país en una utopía socialista donde nadie pasase hambre, por desgracia, con resultados dispares. Pero… ¿quieres demostrar que esa utopía socialista es posible? Una entrega más -y ya van 6-, Kalypso Media, esta vez con Limbic Entertainment como desarrolladores, te dan la posibilidad de demostrar que una sociedad así es posible. Y llenarte los bolsillos utilizando una sociedad así también lo es, claro. Un año después de su lanzamiento, y aprovechando la salida de su último contenido descargable hasta la fecha, Lobbyistico, que analizaremos en profundidad cuando lo hayamos podido jugar el tiempo necesario, analizamos el estado de Tropico 6 a día de hoy.

«Aló Presidente»

La saga Tropico es ya una longeva saga de juegos de gestión y construcción de ciudades con una temática diferente a la habitual. En ella, encarnamos el papel de «El Presidente» -término en español incluso con el juego en otros idiomas- tras la revolución social-comunista de nuestra isla. Ya se sabe, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Una vez en la presidencia, nuestro cometido será perpetuarnos en el poder el mayor número de años posibles, ya se sabe, por el bien de nuestros bolsillos del país.

Obviamente, para ello, tendremos que gestionar con cabeza, haciendo que nuestros ciudadanos sean felices y vivan en un continuo estado del bienestar para poder salir elegido en las próximas elecciones. Claro que, como en todo estado de bien, esas elecciones siempre se pueden amañar. O, el principal opositor puede desaparecer en circunstancias inesperadas, o ser encarcelado por un delito grave contra el país que, obviamente, ha cometido. De nuevo, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Dentro de la gestión en sí, los juegos de la saga nunca han sido juegos especialmente profundos. Formando parte de una república socialista, nuestro cometido será formar diversas redes de producción, con lo que abasteceremos al pueblo y, además, podremos exportar en caso de tener superávit. Eso, mientras intentamos mantener unas relaciones lo suficientemente buenas con los hermanos comunistas y con los malvados capitalistas, para que no nos embarguen nuestros bienes salientes. También será importante fomentar el turismo, ya que el turista ignorante aportará ingresos extras a nuestra cuenta en Suiza al país.

Donde Tropico siempre ha destacado es en su especial sentido del humor, mordaz y cínico como pocos, que es capaz de hacer que el jugador esboce una sonrisa mientras envía al ejército a aplacar una manifestación convocada por disidentes. Porque ya se sabe, «todo ciudadano es libre de pensamiento mientras ese pensamiento no sea contrario a la revolución». De esta misma manera, el presidente podrá pronunciar discursos a la ciudadanía o lanzar edictos que nos harán ganar -o perder- popularidad y afectarán a la economía de las islas. Porque sí, en este Tropico 6 gestionaremos islas. En plural.

El presidente del archipiélago

En este caso, como novedad, Tropico 6 nos ofrece la posibilidad de controlar no solo una isla, sino un archipiélago de estas. De esta forma, podremos crear rutas de transporte para los bienes que se producirán en las varias islas que tendremos a nuestra disposición, añadiendo cierta complejidad al juego teniendo que optimizar dicha producción, asumiendo que la obtención y el procesado de cada uno de estos bienes puede estar en islas distintas. Podemos incluso «sectorizar» de esta forma el país, enfocando una de las islas exclusivamente al turismo, por ejemplo.

Este un añadido interesante a un juego, por otro lado, muy continuista con entregas anteriores. Desde Limbic Entertainment no han querido arriesgar demasiado, y se han basado -quizás demasiado- en lo que hizo grande a las entregas anteriores, sin aportar demasiado de su propia cosecha. En este sentido es una buena propuesta -a quien le gusten los anteriores Tropico le gustará este-, pero no ofrece alicientes suficientes para saltar a esta nueva entrega estando en posesión de las anteriores.

En este sentido, las dos expansiones ofrecidas hasta ahora, The Llama of Wall StreetSpitter -como hemos comentado anteriormente, no incluímos Lobbyistico, que promete ofrecer mecánicas más complejas para la corrupción en el gobierno- no aportan nada excesivamente reseñable. Si bien ofrecer una mecánica de fluctuación de bolsa puede ser interesante en la teoría, en la práctica no modifica en demasía al juego y podemos no hacerle excesivo caso. De la misma manera, las celebridades que aporta Spitter son un añadido curioso, pero a nivel de mecánicas, de nuevo, se queda muy corto y no deja de ser eso, una mera curiosidad.

Una buena campaña

Tropico 6 nos ofrece 15 escenarios que forman una campaña divertida y variada. Cada uno de estos escenarios tendrá unas reglas y unos objetivos que nos obligarán a variar totalmente nuestro enfoque en cada partida. Si hay algún aspecto destacable de esta sexta entrega es el esmero que se ha puesto en que el jugador no se aburra de realizar siempre las mismas acciones en cada una de estas misiones. Y desde Limbic lo han conseguido.

Además de dicha campaña, y como es habitual en el género, tenemos un modo Sandbox donde podremos construir y gestionar a nuestro ritmo y donde los objetivos los ponemos nosotros. Sin duda este es el modo estrella de Tropico 6 y donde echaremos la mayor parte de horas, empezando en la época del colonialismo y acabando enviado cohetes al espacio. Cada una de estas épocas nos ofrecerán eventos y construcciones relacionados con la misma que nos harán sentir que nuestra isla no está aislada del mundo. Para este modo podremos modificar diferentes parámetros antes de empezar, de forma que, con dinero casi infinito, podremos crear el archipiélago de nuestros sueños, por ejemplo, si eso es lo que nos interesa.

Y como también es habitual en el género, disponemos de la posibilidad de partidas multijugador de hasta 4 jugadores, donde podremos demostrar que nuestra dictadura presidencia es mejor que la de las demás.

Como conclusión, Tropico 6 es un juego muy continuista con las anteriores entregas, pero eso tampoco es malo en absoluto. El juego es un juego notable por sí mismo, que sirve como entrada para los novicios en esto de los juegos de gestión y city-builders, con un alto nivel de sátira que nos arrancará más de una sonrisa muy de vez en cuando. Quizás su sistema de archipiélagos no sea aliciente suficiente para el que venga de una entrega anterior, pero si uno se ha cansado de otras entregas, aquí encontrará una campaña fresca que le mantendrá un buen puñado de horas delante del PC.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Kalypso Media