Actraiser fue un título lanzado para Super Famicom en 1990, que llegó a Estados Unidos en 1991 y al mercado europeo en 1992. Un título de primera hornada del cerebro de la bestia -como la publicidad española llamaba a la consola de 16 bits de Nintendo- que se convirtió casi al instante en un juego de culto dentro del catálogo de la máquina. Quizá por su mezcla tan atípica de géneros, o quizá por una deficiente distribución en occidente -a España no llegó a pesar de ser publicitado en los medios de la época-, el juego de la desaparecida Quintet con distribución de Enix, quedó en la memoria de muchos jugadores que disfrutamos aquella generación.

A pesar de disfrutar de una secuela en 1993 -que ya no supo dar en el clavo- y del relanzamiento aislado en algún formato menor -móviles japoneses y Consola Virtual de Nintendo Wii-, la franquicia se creía perdida hasta que en el último Nintendo Direct, uno de los anuncios sorprendía a propios y extraños con la publicación inmediata de Actraiser Renaissance, un completo remake de la obra de Quintet, esta vez llevado a cabo por el estudio nipón Sonic Powered. Y aunque el anuncio se había producido para Nintendo Switch en un evento de Nintendo, el juego ha llegado también a PC, PlayStation 4, y smartphones.

Como en el juego original, tomaremos el control de una deidad que llamaremos el Maestro -aunque en la versión japonesa original, quedaba más explicito que controlábamos a Dios-, y tendremos que enfrentarnos al malvado Tanzra -el diablo-, el cual ha corrompido varios reinos que nosotros deberemos primero liberar de las fuerzas de Tanzra y posteriormente guiar en su desarrollo y subsistencia. Finalmente tendremos que acabar con el lugarteniente de Tanzra en la zona antes de poder avanzar al siguiente reino y repetir el procedimiento.

La forma de afrontar los actos contra las fuerzas de Tanzra será en niveles de acción y plataformas 2D donde controlaremos a la estatua donde se encarna el Maestro. Para los actos de gestión y desarrollo de la población, el juego se transformará en un simulador de deidad con elementos de creación y gestión de ciudades. Aunque en este remake se ha potenciado mucho ambos tipos de género, rediseñando completamente las zonas de acción y otorgando a nuestro protagonista un move set mucho más completo, además de un sistema de mejoras en función de cristales y otros ítems que recogeremos, y para las zonas de gestión, se han añadido misiones secundarias y nuevos pasajes jugables en forma de Tower Defense totalmente integrados en la jugabilidad.

Como hemos dicho anteriormente, las fases de acción han sido totalmente remodeladas para que ahora también tengamos la posibilidad de explorar -de forma limitada- y escoger entre distintos caminos. El Maestro ahora dispondrá de un movimiento de dash para esquivar, y varias variantes de ataque tanto de carga, verticales o de ataque en caída que dan una mayor versatilidad que en el juego original. Podremos encontrar ítems que mejoren nuestros stats permanentemente y recoger cristales que nos proporcionen un bonus temporal de magia y resistencia, ideales para encarar a los jefes finales, los cuales también cuentan con nuevas rutinas y patrones de ataque.

Cuando toque desarrollar nuestra población, contaremos con la ayuda del ángel, que ejecutará nuestras decisiones y se comunicará con nuestros fieles. Además de estas funciones, el ángel también podrá atacar a algunos monstruos que sobrevuelan el pueblo. Con nuestra guía el pueblo se irá desarrollando, y aparecerá un héroe o elegido -el cual tiene un desempeño en la historia-, también conseguiremos que nuestros fieles cierren los pozos donde las criaturas voladoras surgen, y cumpliremos misiones que nos darán la experiencia necesaria para subir de nivel. Además, nosotros como deidad, contaremos con varias magias elementales que podremos usar para ayudar a nuestro pueblo. En ciertos momentos el pueblo será atacado y deberemos defenderlo con fuertes, torres y con nuestro héroe.

El apartado audiovisual remozado no ha dejado indiferente a nadie. Mientras todos coinciden en que la nueva recreación de la parte de simulador de deidad es bastante competente -en cuestiones artísticas-, es cuando pasamos a las fases de acción cuando el resultado no es el esperado. Para estos niveles se han utilizado gráficos pre-renderizados que aunque estan bien animados, dan un aspecto bastante genérico. Tampoco hay muchos efectos y algunos elementos parecen estar en baja resolución. Finalmente en las pantallas de conversación si se ha realizado un gran trabajo de ilustración con unos personajes estilo anime con bastante variedad y bien trabajados.

La banda sonora del juego original era una de las mejores de la consola Super Nintendo, con un maestro Yūzō Koshiro totalmente inspirado y unas composiciones de las que no se olvidan y quedan fácilmente grabadas en la memoria. Para este remake la banda sonora ha sido totalmente remozada por el propio Koshiro, y además se han añadido nuevos temas. Y más aún, pues se podrá elegir en cualquier momento entre la banda sonora original y la nueva, y para la original, también se han adaptado los nuevos temas con sonido 16 bits, todo un detalle por parte del compositor japonés.

Actraiser Renaissance es un buen remake del juego original de Super Famicom. Se nota que ha habido un interés claro de mejorar y expandir la experiencia jugable, sobre todo en la parte de simulador de deidad, donde se ha conseguido extender la duración hasta 2 horas por zona. Sin embargo algunas novedades como las mecánicas de Tower Defense no han llegado a calar hondo y pueden generar algo de repetitividad, y el remozado gráfico de las fases de acción no ha sido el más adecuado para un remake tan ambicioso. A pesar de las discutidas mecánicas de Tower Defense y del aspecto gráfico de las fases de acción, la experiencia final bien vale la pena, y esperamos que de lugar a la llegada de otros de los grandes clásicos de Quintet.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Koch Media