Volver a usar a usar como entradilla el dulcísimo momento que estamos dentro del mundo del videojuego, se me hace redundante pero necesario. Y es que este 2023 al que aún le falta casi dos meses para darnos aún más alegrías, ha sido un año especialmente bueno encima. The Talos Principle 2 es uno de los tantísimos juegazos que tendrán que darse de tortas con bastantes otros en el corazón y la cartera de millones de jugadores. Pero yo ya adelanto que, a falta de alguna agradable sorpresa de ‘última hora’ ya he elegido mi juego del año personal.

El primer The Talos Principle fue algo simplemente magistral. Un juego de puzles en primera o tercera persona, con un trabajo artístico fantástico, y gran carga de filosofía, espiritualidad, humanismo y existencialismo. El broche a esta genialidad vendría con su dlc ‘Road to Gehena que daría puzles oficiales y opcionales todavía más desafiantes, además de expandir de forma lateral su muy interesante historia, y seguir añadiendo humanismo filosófico de una forma muy lograda sin caer en la pretenciosidad barata. Pues las cuarenta personas que conforman el equipo Croteam afincado en Croacia, han vuelto a lograr otra obra maestra nueve años después de la original. Y Devolver Digital vuelve a poner su excelente buen ojo para la publicación de grandes juegos.

Dentro de esa riqueza videojueguil que gozamos, el género de los puzles con corazón e historia se ha visto muy favorecido. Podríamos decir que el pistoletazo de salida lo dio el primer Portal de Valve en 2007. Y aunque no voy a glosar todos los que han pasado por nuestro hogar en estos más de cinco años, siempre es bonito resaltar algunos nombres como Superliminal, Path to Mnemosyne, Manifold Garden, Relicta o Even Forward, guardando este último buenos parecidos con la experiencia de ambos The Talos Principle, de manera más contenida.

Precisamente The Talos principle 2 se podría decir que es algo desatado dentro de los esquemas que ya conocemos del primero juego, aunque la ambición de Croteam y Devolver Digital es que muchos jugadores nuevos se sumen a esta secuela directamente. Y por supuesto, la historia está preparada para ello.

No voy a incidir mucho en el argumento, tanto por no desvelar el genial final del primer juego para quienes quieran probarlo, como para tampoco estropear las sorpresas iniciales de quienes terminaron el juego en su final canónico ascendiendo la torre y que al emocionarse con él también pensarían «Y ahora… ¿Que va a pasar?» . Precisamente una de las grandes bazas de The Talos Principle es su muy elaborada historia, y sobre todo, el gran desarrollo durante la misma.

Aunque todo empezará con algo conocido…

El primer juego proponía un mundo virtual donde un ser artificial debía superar diferentes pruebas, siguiendo la batuta de un ser divino llamado ELOHIM. También haría acto de aparición otra IA, un asistente… de biblioteca, dotado de autoconsciencia. Los pormenores con ambos personajes, el obedecer, seguir sus instrucciones o no, nos traían en buena medida otro clásico moderno independiente como es The Stanley Parable.

Y es en el jardín de ELOHIM donde volvemos a empezar. Nos familiarizaremos con las sencillas mecánicas de juego, hablando del muy intuitivo control y lo básico del manejo de nuestro personaje robótico virtual. Saltar, interactuar con algún dispositivo, coger objetos y depositarlos, ya está. La complejidad viene con la enorme variedad de objetos y mecanismos con los que vamos a interactuar. En esta primera tanda de puzles no solo todo nos sonará a quienes venimos del primer juego -puzles de tetrónimos incluidos-, sino que culminaremos muy rápido este tutorial. Y a cualquier nuevo jugador no le supondrá en absoluto un problema, mientras se deja llevar por la formidable belleza artística que destila el juego.

Tras terminarlo, es cuando llegan las ENORMES sorpresas.

The Talos Principle 2 nos situará en un grandísimo marco general para desarrollar su centenar y pico de puzles. Ese enclave está formado por cuatro puntos cardinales, con tres localizaciones en cada uno de ellos, y ocho puzles normales y dos opcionales en cada localización. Además, cada uno de esos escenarios concretos también guardará más tareas que realizar -opcionales- y cantidades ingentes de exploración, así como narración. Aquí llegará un punto polémico para quienes simpaticen más con la historia y su desarrollo, y quienes quieran acceso más directo en los puzles a la usanza del primer título. Personalmente, yo estoy encantado con esta combinación de jugabilidad, exploración y descubrimientos múltiples fuera de lo que marca el progreso de las salas de puzles.

Entrando en los puzles en sí y sin matarme en explicaciones, jugando en primera o tercera persona simplemente tocando un botón del mando -yo he preferido siempre ver a mi personaje en pantalla-, ya digo que los puzles se basan en salas donde con nuestras sencillas acciones interactuaremos con todo tipo de objetos y mecanismos en una curva creciente de dificultad durante ese escenario.

Usar prismas para conducir rayos de luz de colores, hexaedros, interruptores, ventiladores… Y en cada localización se irá añadiendo una nueva variable o mecanismo durante sus diez puzles, que luego seguirá apareciendo en los siguientes escenarios. Empezamos con un dispositivo RGB:

Esto es darle una vuelta de tuerca a dirigir rayos de luz en el primer juego, algo conocido para el veterano, fácil de asumir para el recién llegado. Pues luego llegarán más cacharros, como teleportadores, taladros que abren agujeros en paredes, y hasta traspasar nuestra mente a otro cuerpo. Como cada zona introduce algo, los primeros puzles de la misma serán más fáciles que los últimos y los opcionales de la zona anterior.

Y también, que el hecho de añadir continuamente nuevas cosas no hace que todo lo que hayamos ido viendo se conjugue a la vez. De hecho, se juega de forma inteligente con lo que ofrece o no ofrecen los puzles, pudiendo volver bastante después a según qué dispositivos que podemos tener menos interiorizados en ese momento, para darles un nuevo enfoque a raíz de las novedades que se van añadiendo.

Algo que generará disparidad entre jugadores veteranos va a ser justamente la dificultad de los puzles obligatorios. Porque el primer juego te plantaba hace retos cada vez mayores, teniendo en el último escenario, antes de la torre, verdaderos rompecabezas donde había que encadenar todo tipo de pasos, mecanismos y resoluciones. Aquí la dificultad se plantea en una curva mucho más suave, que quizás convenza menos a los venidos del primer juego y amantes de los puzles más duros. Además se añade que realizando ciertos requisitos, podemos incluso saltarnos algunos puzles, si exploramos y hasta realizamos precisamente otros puzles fuera de los obligatorios.

Personalmente, esto también lo encuentro un acierto. No se trata de, y perdonadme el término, prostituir la esencia de un juego magistral para contentar a los nuevos jugadores que deberán llegar a The Talos Principle 2, sino crear una progresión con menos piedras en el camino, en un camino mucho más largo que el anterior, y siendo a mi juicio bastante más divertido de recorrer.

Tampoco será un drama para el puzlero hardcore, y además los puzles opcionales de las puertas doradas, u otros como los que implican explorar los escenarios y pensar dentro y fuera de las salas de pruebas, ofrecerán retos y sanos atascos.

Como he dejado caer antes, otro punto divisorio será la enorme extensión del juego, de sus escenarios y la mucho mayor cantidad narrativa que esta secuela ofrece. Meto aquí el hecho de que el juego está hecho en Unreal Engine 5, de lo maravillosamente bien que se ve, de algún defecto muy menor del motor -que en consolas el lumen parece más demandante-, y de unos escenarios variadísimos y extensos que me han dado síndrome de Stendhal. Pero no a todo el mundo le va a entrar bien esto, aún cuando hay guías visuales en la interfaz superior, carteles, caminos y otros apoyos para que no estés trotando como un pollo sin cabeza.

Y habrá también opiniones diversas con el hecho de que no solo tenemos una historia de desarrollo más largo, sino que ahora hay una narrativa mucho más directa. En la expansión ‘Road to Gehena‘ ya había más relaciones entre nuestra entidad y otras que en el juego base. Y aquí se mantendrá ese curioso sistema de hilos y foros. Pero también tendremos muchas cutscenes y cantidades ingentes de conversaciones con voz. Echo de menos las voces en castellano de Jorge Tomé e Inmaculada Villalonga, más cuando se dijo que el juego llegaría doblado también. Pero comprendo que hay bastantes más personajes y voces, hago de tripas corazón porque el acting en cutscenes es muy solvente, y las voces tienen bastante personalidad y profesionalidad para los personajes que interpretan y su personalidad tan definida. La nuestra vendrá dada por nuestras acciones, respuestas y decisiones, volvemos a tener diferentes finales por ello como en el juego pretérito.

Y no me perdonaría no dedicar un texto propio a hablar de la música. No diré que sin ella The Talos Principle 2 sería solo un juego de notable. Pero sí que ese muy merecido sobresaliente se apuntala por el inmenso trabajo de Damjan Mravunac. Ambientalidad, relajación, melancolía, segundo plano cuando toca. Y cuando lo hace en primero, explosiones de emoción, de ansiedad, de frenesí, de esperanza y futuro mientras trazamos puentes de tetrónimos, de incertidumbre, de temor, de terror… La calidad de las piezas individuales es muy alta, pero es que crea una simbiosis con el juego sencillamente maravillosa. Y añado el nombre de Chris Christodoulou, apuntalando y aportando temas en el nuevo punto de partida.

Siendo The Talos Principle 2 un juego donde el leiv motiv son los puzles, da la impresión de que este análisis habla más del sexo de los ángeles que de lo que de verdad vertebra un juego enorme de unas 30-50 horas. Habrá puntos durante tan largo recorrido que no todos los que seguirán este camino de desarrollo personal y colectivo que no les convenzan. Habrá otros como yo llenos de gozo y entusiasmo, aún con la vergüenza de atascarse tontamente en cosas que solo te pedían dar un pasito lateral, mental y real. Pero lo que es innegable es que estamos ante una de las grandísimas propuestas de este año.